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Los pediatras solicitan un plan que ayude a prevenir suicidios

Reclaman más formación sobre salud mental en el Médico Interno Residente (MIR) para prevenirlos

Agencias

Publicado: 05 sep 2024 - 22:45

Manifestación por el Día Mundial de la Prevención del Suicidio en Madrid.
Manifestación por el Día Mundial de la Prevención del Suicidio en Madrid.

La Asociación Española de Pediatría (AEP) reclama mayor formación sobre salud mental en el periodo de Médico Interno Residente (MIR) para prevenir el suicidio en la adolescencia, que constituye la primera causa de muerte no natural en este grupo de población. Prevenir el suicidio es más complicado si cabe en los menores, ya que, si bien existe una relación ampliamente descrita en la literatura entre el suicidio y los trastornos mentales, cuando se trata de estos jóvenes, muchos de ellos pueden no presentarlos o, si los padecen, es probable que no fuesen diagnosticados antes del primer intento.

“Desde la posición privilegiada de los pediatras, que hacemos un seguimiento de los niños desde que nacen hasta la adolescencia, tenemos mucho que mejorar en la detección de casos con factores de riesgo”, apunta la coordinadora del Comité de Salud Mental de la Asociación Española de Pediatría (AEP), la doctora Paula Armero.

Diagnósticos más precisos

La conducta suicida es mucho más frecuente en adolescentes que desarrollan trastornos mentales, principalmente depresión, trastorno bipolar, esquizofrenia, trastornos de la conducta alimentaria,TDAH o trastornos del espectro autista. El consumo de alcohol, cannabis y otros tóxicos también aumenta el riesgo.

En algunos casos el adolescente puede presentar síntomas o no, pero no suelen diagnosticarle ninguna enfermedad mental. Los expertos recomiendan explorar la posible presencia de experiencias adversas en la infancia, es decir, acontecimientos o vivencias traumáticas que produjesen un alto impacto en sus vidas.

Así, en relación a ello, las experiencias más frecuentes son: maltrato físico, psicológico y/o sexual; vivir o frecuentar entornos violentos o negligentes; abandono; separaciones o divorcios complicados de los padres; acoso escolar o ciberbullying y dificultades en torno a la identificación u orientación sexual, por temor a la discriminación.

La conducta suicida engloba desde la ideación suicida hasta la planificación, los intentos de suicidio y los suicidios consumados. Las autolesiones no suicidas también se asocian a un mayor riesgo de suicidio.

Por este motivo, como explica Armero, “para la valoración y prevención del riesgo suicida es necesario explorar los síntomas depresivos y la ideación suicida en consulta, pero para ello es fundamental tener más tiempo por paciente, contar con la formación adecuada, una historia clínica estructurada que sirva de guía en pediatría en Atención Primaria, recibir formación continuada para detectar problemas en salud mental y poder derivar al especialista en psiquiatría infantil”.

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