Desconfianza en Salamanca con la australiana ETM

El pasado viernes, 11 de julio, se cerraba la subasta por la propiedad y derechos de explotación de la mina de Penouta en Viana do Bolo. Dos ofertas trascendieron por la antigua explotación de estaño, y única fuente europea conocida de coltán: la de las empresas lalinesas Taboram y Batán Arenal -de 2,9 milllones de euros más una serie de variables-, y la de la australiana Energy Transition Minerals (ETM) -que ofreció 3,6 millones-.

La oferta australiana, según indicaba el director general de la compañía, Daniel Mamadou, “está sujeta a una serie de condiciones”. Una situación que contrasta con su otra operación en suelo español: una prospección de litio en la villa salmantina de Villasrubias, en la comarca de Ciudad Rodrigo, donde el silencio con el que están transcurriendo las operaciones genera un ambiente de desconfianza y oposición.

Nadie sabe nada

Juan Luis Sepa, portavoz de la Asociación para el Desarrollo de la Comarca de Ciudad Rodrigo (Adecocir), relata que “poco podemos contar porque no sabemos nada. Esta es una zona con varias cuadrículas mineras que salieron para su explotación, pero ninguno de los proyectos en marcha cristalizó. Hay mucha contestación ecologista y social”.

Este periódico ha intentado conocer la postura del alcalde de Villasrubias, el popular Angel Justo Rubio, pero desde el ayuntamiento se indicó que “no quiere hablar con los medios sobre este tema”. Almudena, que regenta un hotel en la villa, matiza que “ni con los medios ni con nadie. De lo de la mina no se entera ni el cura”.

El silencio sobre la operación “que comenzaría a finales de 2018 o principios de 2019”, según Almudena, llegó hasta tal extremo que “tuvimos que unirnos en la plataforma Rebollar Vivo para poder pedir información. Hay mucha preocupación en el pueblo, somos 308 habitantes y no se nos ha explicado nada”.

A través de la asociación pudieron saber que “la idea era vender los derechos de explotación a otra empresa para que extraiga el litio, pero al mismo tiempo tienen un proyecto pensado de mina subterránea. No tiene sentido”, comenta la hostelera, antes de añadir que “nos preocupa porque la veta pasa por debajo del pueblo, y podrían acabar desalojándonos como cuando se hace un embalse”. De ahí la contestación social.