Viana do Bolo despide el año con un belén viviente por sus calles
TRADICIÓN NAVIDEÑA
El barrio histórico de O Cabo da Vila, en Viana, volvió a transformarse con gracias a numerosas escenas de su belén viviente
Por quinta Navidad consecutiva, tras recuperar una antigua tradición que se había perdido, Concello, tejido asociativo, agrupaciones y vecinos de Viana do Bolo convirtieron este domingo por unas horas el histórico barrio de O Cabo de Vila en un belén a escala real, una celebración colectiva y festiva de estas fechas conocida como Barrio de Belén.
En torno a las 16:00 horas, alrededor de un centenar de habitantes procedentes de varios núcleos del municipio se afanaban a toda prisa, ultimando los detalles de las distintas escenas que formaban parte de este enorme belén.
Por supuesto no faltó ningún oficio tradicional o artesanal por representar, y entre sus calles era posible encontrar desde una mesa con todos los enseres de la matanza, gente elaborando pan a la antigua usanza, alambiques con aguardientes varios, una posada y hasta una curandera.
Al igual que en el resto de ediciones, la implicación de vianeses de todas las edades fue total. Más de cien vecinos resistieron al intenso frío y cumplieron a rajatabla con sus papeles, encargándose de dar vida a este nacimiento de carne y hueso, con una cuidada puesta en escena y una gran atención al detalle.
Además, como no podía ser de otra manera, también se dieron cita algunos de los personajes más destacados de esta recreación, como sus majestades los Reyes Magos de Orientes. El portal de belén, por su parte, se situó en las escaleras de la iglesia parroquial.
Música y comida
Todo el recorrido contó con la amenización musical de panderetas, gaitas y otros instrumentos, y a los numerosos visitantes que se acercaron se les agasajó con trozos de bica, chorizos asados y algún que otro chupito.
El toque enxebre y la interacción son las señas de identidad del Barrio de Belén, permitiendo viajar dos milenios atrás sin salir de la provincia.
Para el edil de Cultura, Deportes y Turismo, Marcos Martínez Fernández, lo más complicado es reunir a tanta gente “nunhas datas moi sinaladas nas uns marchan e outros veñen”, pero destaca la “colaboración” de todos los vecinos como la clave de “unha xornada moi bonita no rural, á que cada ano incorporamos escenas”.
Para ayudar a combatir el frío y la niebla, a los voluntarios se les estuvo sirviendo chocolate caliente y bizcocho. La tarde concluyó asimismo con una chocolatada para todos los presentes
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