El otoño se adelanta a mediados de agosto en Ourense

El otoño en agosto, en Ourense
photo_camera El otoño en agosto, en Ourense

A pesar de que aún estamos disfrutando del verano, es común encontrarse con varias especias con las hojas caídas por nuestras villas y ciudades. No por ello están muertas, sino que están tratando de adaptarse a condiciones climáticas como la de Ourense

Las plantas no tienen reloj ni calendario, sin embargo, siempre son bastante puntuales a la hora de llevar a cabo los cambios necesarios para aguantar cada cambio de estación. Por ejemplo, los árboles de hoja caduca saben cuándo dejar caer las hojas y entrar en letargo para evitar sufrir las consecuencias de las bajas temperaturas. También las flores de muchas especies marcan el inicio de la primavera, como las acacias, o los ciclámenes, que indican el final de los días largos y marcan la llegada de los fotoperíodos cortos.

Estos cambios que sufren las especies vegetales vienen de la mano de diferentes condiciones que afectan a sus ciclos biológicos. A diferencia de especies animales, las plantas tienen un contador personal que lleva la cuenta de varios factores. Estos factores son, por ejemplo, las horas de luz. Cuando una especie detecta los cambios de las horas a las que están expuestas a la luz, lo asocian a un cambio de estación. También llevan la cuenta de lo que se conoce como umbral térmico, esto es una suma de las horas que pasan a temperaturas inferiores a unos grados determinados, dato que cambia de una especie a otra. Algunas especies esperan a acumular una cantidad de horas para comenzar a desarrollar la floración.

Los cambios en la meteorología global, han afectado a los calendarios internos de las plantas, por lo que sus ciclos se ven afectados y cambian sus ritmos, adelantando o retrasando algunos procesos. Es especialmente remarcable esta condición durante el verano. Muchas especies de árboles buscan protegerse ante la larga exposición al calor y a la sequía adelantando su dormancia, aguantando así más tiempo y simulando un otoño a mediados de agosto.

En Ourense esto es más acentuado, no porque las condiciones sean más extremas que en otras regiones, sino por las especies más susceptibles a este fenómeno. Hay algunos árboles que tienden más a llevar a cabo este método de defensa que otras, y concretamente estas especies, son algunos de los árboles más abundantes en la ciudad. Especies como el plátano de sombra (Platanus hispanica), el chopo (Populus nigra) o el castaño de indias (Aesculus hippocastanum) son algunas de las más abundantes en la ciudad y algunas de las más susceptibles a este proceso. Por esta razón, parece que en Ourense el otoño se adelanta a agosto.

A pesar de que es un proceso especialmente común en especies urbanas, es un fenómeno al que recurren también muchas especies forestales. Recurrir a la caída de la hoja para evitar sufrir un estrés hídrico es un mecanismo habitual ante las largas épocas de sequía, pero no, estos especímenes que han perdido las hojas no han muerto, tan solo se han refugiado hasta que el agua vuelva abundar en el suelo y las temperaturas se aclimaten.

Los largos períodos de sequía no son los únicos fenómenos que afectan a las plantas provocando un estrés hídrico. La exposición a las altas temperaturas provoca que pierdan agua por los poros. Al perder tanta agua las raíces buscan absorber más, pero al no encontrar, sufren un desequilibrio que desencadena esta caída de la hoja, una forma de afrontar la sequía y reducir sus necesidades hídricas hasta que la sequía pase.

La fecha oficial del inicio del otoño es el 23 de septiembre, pero como se puede apreciar en la foto, a principios de la segunda quincena de agosto ya podemos ver las hojas caídas en muchos puntos de la ciudad. De no ser por este mecanismo, puede que muchas de las especies que habitan en las tierras ourensanas perecerían, pero gracias a esta adaptación de su calendario interno nos permiten disfrutar de ellas un año más, eso sí, sin ofrecer la tan agradecida sombra que arrojan y que tanto se busca durante las horas de mayor incidencia durante los peores días del verano.


Consultorio

Quiero poner una planta en el baño, pero no tiene ventanas, ¿hay alguna que se adapte?

Ramón Sotelo (Ourense)

Gracias por su consulta. Para elegir una planta, como bien pregunta, es necesario conocer las condiciones en las que se encontrará, pues a pesar de que estéticamente una planta quede muy bien en un lugar, puede que ese lugar no sea cómodo para la misma. En caso de un baño sin ventanas hay que tener en cuenta dos condiciones: la humedad y la luz. Los baños son espacios con humedades altas, por lo que deberá elegir una planta que se adapte. Al no tener ventanas la luz será escasa, otra condición muy importante a tener en cuenta.

Con estos dos datos se me vienen muchas especies a la mente que podrían crecer sin problemas. La cinta es un buen ejemplo, es una especie muy resistente, no requiere mucha luz y la humedad le sienta bien. Si una planta colgante no es lo que tenía en mente, también tiene la zamioculca o zuzu, crece en entornos con o sin luz, afectando esto a la tonalidad de sus hojas.

Envíe sus consultas a [email protected] para que sean resueltas en el consultorio de jardinería de La Revista.

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