Los abundantes ingresos de la eólica impulsan proyectos multimillonarios en Ourense

El viento de Ourense no se libra de la explosión eólica. La provincia tiene a sus ríos sobreexplotados por la generación eléctrica, pero los montes aún están lejos de la densidad de parques de Lugo, Pontevedra o A Coruña. Esta circunstancia pone Ourense bajo la mirada de las promotoras de estos proyectos, impulsados por los bajos costes de mantenimiento y una gran rentabilidad que amortiza inversiones multimillonarias en muy pocos años. Según datos del Registro de Instalaciones de Producción de Energía Eléctrica, en la provincia existen 15 parques eólicos. El conjunto de sus respectivas potencias instaladas supone un total de 447,5 megavatios (MW). Dos tercios de estos parques son operados por Iberdrola: Sil, Ampliación de Sil, Larouco, O Vieiro, Serra do Burgo, Ampliación Serra do Burgo, Ameixeiras-Testeiros, Pena da Cruz, Ampliación Pena da Cruz y el parque eólico singular de Nogueira de Ramuín, promovido por este último Concello. En total, 252,9 MW. Le siguen los grupos Acciona (Deva, Tea, Fonteavia y Bidueiros, 174,8 MW) y Adelanta (O Irixo, 19,8 MW). En un año en el que el viento sopla 2.500 horas, todos estos parques pueden generar algo más de un millón de MW por hora (MW/h). El MW/h se vende en el mercado mayorista de electricidad (el “pool” energético) a un precio común junto a otras fuentes de producción de energía; teniendo en cuenta los reducidos gastos de operación de un parque eólico, el beneficio resultante es suculento para las empresas energéticas. En 2022, el precio medio del MW/h en el mercado diario del “pool” llegó a 167,52 euros, cifra con la que se puede estimar que los parques eólicos de Ourense generaron 187,4 millones de euros durante el año que acaba de cerrar. El margen de beneficios es generoso, teniendo en cuenta que los costes de mantenimiento de un parque eólico son reducidos. En cuanto a la carga fiscal, los gravámenes aplicados a los parques son, principalmente, el canon eólico, el Impuesto de Actividades Económicas (el IAE), el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) o el Impuesto sobre el valor de la producción de la energía eléctrica (IVPEE), entre otros. En total, en 2019 los parques gallegos supusieron un ingreso de 118,2 millones de euros para las arcas públicas, entre tasas municipales, autonómicas y estatales, según un informe de Deloitte para la Asociación Eólica de Galicia (EGA). Teniendo en cuenta la porción de Ourense en el total de potencia instalada de Galicia, cerca de 14 millones corresponden a los parques de la provincia. Los jugosos ingresos procedentes del aire son un importante atractivo para la creación de nuevos parques, un proceso complejo que se puede demorar años en los cajones de la administración pública. Ante quién se debe tramitar el proyecto de un parque eólico depende de la potencia total que sumen los aerogeneradores planificados. Si este baremo no excede de 50 MW, el cauce burocrático a seguir es el de la administración autonómica; en este caso, la Xunta de Galicia. Si se supera, la documentación debe presentarse ante el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco). Los proyectos eólicos tramitados a través de la vía autonómica en la provincia de Ourense y que obtuvieron su Declaración de Impacto Ambiental (DIA) favorable antes del fin del plazo del Gobierno son 15, según pudo recopilar este diario a través del Rexistro Eólico de Galicia y el Diario Oficial de Galicia (DOG). La potencia total que sumarán estos parques asciende hasta los 533,7 MW, y se prevé que sus 119 aerogeneradores produzcan algo más de 1,6 millones de MW/h. Mientras tanto, el papeleo más pesado se mueve en los despachos de Madrid. El Miteco sacó a información pública nueve parques eólicos a través del Boletín Oficial del Estado. Estos proyectos se ganaron el epíteto de “macroparques” por la elevada potencia total instalada que contemplan. Un ejemplo es el de Prada, situado en la Serra do Eixo, a escasa distancia del techo de Galicia, Pena Trevinca. El conjunto de los 24 aerogeneradores que pretende instalar Statkraft, una empresa pública noruega, alcanzaría una potencia instalada de 168 MW. Si se agregan todos los proyectos de grandes parques eólicos que afectan a la provincia publicados en el BOE, la potencia de estos 179 aerogeneradores se dispararía a 1.091 MW, más que si se suman las instalaciones existentes y las que tienen el visto bueno ambiental de la Xunta. Con 2.500 horas de viento al año, producirían 2,7 millones de MW/h. Con el precio del MW/h en el “pool” de 2022, los proyectos tramitados tanto por vía autonómica como estatal supondrían un ingreso de más de 700 millones de euros al año. Teniendo en cuenta que la inversión total de todos estos parques planificados suma alrededor de 1.300 millones de euros, su amortización en dos años estaría asegurada. A partir de ahí, todo sería beneficio.