La cesta de la compra ya sufre las consecuencias de una inflación arrastrada por el aumento de la electricidad y los combustibles. Alimentos básicos e imprescindibles en cada mesa, como el pan, la carne o la fruta acumulan semanas con precios al alza, lo que se deja sentir en el bolsillo de los consumidores.
“Nótase que os cuartos rinden menos cada vez, colles 50 euros e non levas nada para a casa”, afirmó frustrada Elsa Martínez, quien cada vez tiene más problemas para llegar a fin de mes con su pensión de 700 euros. “O pan subiu 10 céntimos a barra pequena, que é bastante. ¿Cantas barras de pan necesitas ó día nunha familia?”, agregó. En la mayoría de establecimientos ourensanos la barra de pan subió 10 céntimos, lo que normalmente supera el 10% de su valor, mientras que en la bolla el aumento es de unos 20 céntimos y en la empanada varía entre 25 y 50 céntimos, “dependiendo de lo que esté hecha”, aseguran desde Panadería Tito.
Las frutas también se venden más caras ahora que hace un mes, y productos como la pera conferencia subió hasta 35 céntimos por kilo. Además, otros productos que debían bajar su precio porque comienzan a estar de temporada, no lo están haciendo, como ocurre con la patata. “La mandarina ahora tendría que estar en torno a 1,35 (euros por kilo) y está a 1,65. Está subiendo todo un 10 o 15% como mínimo”, advierte Chelo López, quien regenta una frutería en el barrio de A Ponte.
Ana Rodríguez vende en su tienda carne, embutidos y vegetales, y destaca que los proveedores aumentaron sobre todo los precios del jamón, que subió dos euros por kilo, y del chorizo, que ahora paga a 6,80 euros el kilo, mientras que hace semanas le costaba 5,50.
Los bares y el textil se resisten a subir
Los bares son de los que más están notando el aumento del recibo de la luz -varios establecimientos aseguran que pagan 200 euros más por mes-, aunque por ahora no lo trasladaron a sus precios. “Yo normalmente siempre subo a primeros de año, esperaré y subiré lo correspondiente, sobre 5 o 10 céntimos”, afirmó José Luis Álvarez, dueño de tres bares. Para Ismael Rodríguez, dueño de otro bar, la subida se producirá “quizás el año que viene”.
En el sector textil los vendedores no quieren aumentar porque “el consumidor cada vez tiene menos poder adquisitivo”, como reconoce Ana Rodríguez, titular de dos tiendas de ropa. Situación similar viven las peluquerías, ya que “la alimentación no puedes dejarla, pero el corte de pelo sí”, admiten varias peluqueras.
Los panaderos advierten que la tendencia al alza “é algo imparable”
Comprar pan podría seguir siendo más caro si no aflojan los precios de la energía, y desde la Asociacion Provincial de Fabricantes y Expendedores de Pan advierten que “é algo imparable”. “Non é que o panadeiro queira subilo porque sí, suben porque non queda máis remedio, ti o que non podes é estar traballando e estar perdendo”, aseguró Roberto González, presidente de la asociación. Achaca la subida al aumento de las materias primas, ya que “a fariña e o resto de productos están subindo constantemente”.
El panadero siente “pánico de que moitos negocios non poidan aguantar porque é insoportable de verdade”, y lamenta que los precios se trasladen al bolsillo del consumidor. “Quen paga sempre os pratos rotos é a xente máis debil, a xente que sae a comprar, esa ama de casa que ten que facer números para chegar a fin de mes”, valoró.
En “A Docería de Ana”, en el barrio de A Ponte, aseguran que sus productos, que abarcan pan, dulces y snacks varios, subieron de media un 20%. Lucía Franco, encargada del establecimiento lo afronta con resignación: “¿Qué podemos hacer? Tenemos que seguir”. A pocos metros se ubica uno de los locales de “Panadería Tito”, en el que recuerdan que durante años no subieron sus precios, aunque en esta ocasión se vieron obligados a hacerlo.
