Bullotes, churrasco y vino para festejar San Martiño

Los ourensanos subieron a Montealegre para celebrar el magosto y mantener viva la llama de la tradición. El aroma a brasas invadió ayer el monte en una jornada en la que se apuntó más gente a festejar la fiesta del otoño. Así se podia palpar en el mismo lugar, con las cunetas tomadas por coches, múltiples fogatas visibles en las laderas y notas musicales desperdigadas desde la lejanía.

La meteorología respetó el magosto durante una jornada más, con cielos completamente limpios y hasta 23º. Un “veraniño de San Martiño” que animó a la gente de toda edad y condición que se reunió en las celebraciones de amigos, asociaciones y familias.

Una vez más, volvió a triunfar el menú típico del San Martiño, con chorizos, churrasco, panceta y empanada como las estrellas de la fiesta. Era la tónica general. No faltaron los bullotes o castañas asadas, a pesar del mal momento que atraviesa el sector. Una campaña desastrosa por la sequía que se palpaba en algunos comentarios perdidos: “Había poucas e estaban malas”, lamentaba un hombre.

Uno de los magostos más concurridos fue el de la asociación A Galleira. En un ambiente de armonía y celebración y con el son de gaitas y panderetas de fondo, los 404 asistentes consumieron 200 litros de vino, 50 litros de licor café, 100 kilos de carne, 30 kilos de castañas, 300 chorizos, 20 bicas y 26 empanadas. Desde la asociación destacaban la gran afluencia de personas, bastante mayor que otros años.

Los barrios festejan

Ourense vibró con el magosto, pero no solo lo hizo en las laderas de Montealegre. Las parroquias de la ciudad también agendaron sus respectivas fiestas para confraternizar en torno a las castañas, como hicieron los vecinos de Zaín, As Curuxeiras, Arrabaldo y Rabo de Galo. En el área metropolitana no se olvidaron de avivar las brasas. En Melias (Pereiro de Aguiar), la música no faltó para maridar la comida.

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