Diego González Ramos: “En la depresión hay un patrón estacional con repunte en invierno”

Diego González, psicólogo sanitario. MIGUEL ÁNGEL
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Entrevista en profundidad al psicólogo sanitario de adultos y parejas

Menos horas de sol, menos actividades sociales e, incluso, cuánto tiempo dormimos son factores que afectan a los pacientes diagnosticados de depresión, que sufren un repunte durante los meses de invierno, según explica Diego González, psicólogo sanitario experto en adultos y parejas en el centro Sinapsis de Ourense. 

¿Hay alguna relación entre la depresión y el invierno?

Es verdad que hay un patrón estacional en la depresión. Es decir, en determinadas estaciones aumenta la depresión. Tenemos que entender que el trastorno depresivo es bio-psico-social. Hay un factor biológico, un factor de personalidad y otro social. En este último, intervienen los ritmos de vida que tenemos en invierno. Nos afectan las horas de luz, nuestra actividad, cuánto dormimos. Todo esto afecta al trastorno.

¿El invierno profundiza la depresión?

Sí, hay un repunte significativo. El porqué es multifactorial porque algo tan difícil de explicar como que una persona sufra una depresión no depende solo de una variable. Es cierto que las horas de sol influyen y nuestro patrón conductual cambia. En verano solemos participar en más actividades sociales; nos reunimos más con gente. En invierno, eso se reduce.

¿Atiende a muchos pacientes por depresión?

Sí, pero no soy muy partidario de las etiquetas diagnósticas. Tenemos que entender los trastornos psiquiátricos o psicológicos como una forma que usamos los profesionales para categorizar ese tipo de problemáticas. No es una enfermedad como el covid.

¿La depresión no es una enfermedad?

No, es un trastorno. La depresión es la forma de reaccionar de una persona ante un contexto determinado. No hay un virus, una bacteria o un hongo detrás.

¿Los síntomas más destacados?

En principio son dos: esa tristeza constante y diaria al menos durante dos semanas, y la anhedonia, que es la disminución del interés por el placer. Eso significa que lo que antes te producía placer o disfrutabas, ahora dejas de disfrutarlo. Estos son los síntomas más importantes, pero no los únicos. También suele haber pérdida o aumento de peso, insomnia o hipersomnia, agitación del aparato psicomotor, fatiga, sentimiento de inutilidad o culpabilidad, ideas suicidas…

¿Hay algún perfil del paciente con depresión?

Hay más mujeres que hombres, casi el doble. Hay un patrón biológico ligado, por ejemplo, a la reproducción y a los cambios hormonales. También hay un componente social y educativo. Y afecta a mucha gente de mediana edad. La depresión puede ser un trastorno primario o secundario, como síntoma de una enfermedad. Una persona que sufre mobbing en el trabajo puede sufrir una depresión secundaria. 

 ¿La más grave es la depresión primaria?

Tradicionalmente, se distinguía entre la endógena, la que no tenía causa, y la secundaria, pero hay que entender que aunque no identifiquemos de forma rápida una causa, eso no significa que no exista. 

¿Cuánto dura el tratamiento?

Depende, hay tantos tratamientos como personas.  En general, la investigación ha determinado que el tratamiento más eficaz y efectivo es el que combina tratamiento psicólogico y psicofarmacológico. Personalmente, suelo recomendar o derivar al psiquiatra cuando detecto ideas suicidas u obsesivas. Soy partidario de espaciar las sesiones en la consulta lo más posible y hacer una sesión cada dos semanas. La predisposición genética que nos ha tocado no podemos cambiarla, pero sí las herramientas para afrontar lo que nos pasa, la forma de interpretar los problemas, y generar un cambio de contexto. Algo tan sencillo como hacer actividades grupales puede generar un gran cambio en nuestro día a día y producir emociones positivas.

¿La depresión puede ser crónica?

Sí, puede cronificarse. Si pensamos que tenemos depresión porque es una enfermedad, se genera un pensamiento circular: estoy triste porque tengo depresión y tengo depresión porque estoy triste. En cambio, si pienso que es una forma de reaccionar a lo que me pasa, puedo generar un cambio. 

¿La vida es cómo nos tomamos lo que nos pasa?

No estoy de acuerdo, porque cómo nos vamos a tomar una violación. Hay un ejemplo increíble de superación que es Irene Villa. Lo más frecuente es que cayera en tristeza generalizada, pero pudo superarlo.

¿Es complicado diferenciar la tristeza de la depresión?

Las emociones pueden ser desagradables, y no por ello son desadaptativas.  Si fallece un familiar, podemos estar tristes. No podemos patologizar la tristeza y el sufrimiento. La tristeza es una reacción adaptativa a un cambio. Otra cosa sería pensar todo el rato que mi padre se puede morir y generar una reacción tan intensa como si hubiese muerto de verdad. Ahí sí que diríamos que esa emoción es desadaptativa, que no sirve para nada.

¿Vivimos en una sociedad de la cultura de la felicidad?

Creo, a nivel personal, que nos han vendido, sobre todo a nuestros padres, que no debemos mostrar emociones desagradables porque genera debilidad, pero ahora hay más expresión emocional.

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