Reportaje

José Jorge, conductor en Ourense con 99 años: “Hay mucho edadismo con el carné”

José Jorge dentro de su Ford Ka.
photo_camera José Jorge dentro de su Ford Ka.
José Jorge, de Ourense, tiene 99 años y su licencia de conducir renovada por la DGT. Cada día arranca su coche y acude a leer el periódico a su bar de confianza

José Jorge López tiene 99 años, su permiso de conducir recién renovado en Ourense y pertenece al grupo del 20% de las licencias de conducir de la provincia de Ourense que están en manos de personas mayores de 65. Para él, que vive solo y no puede caminar largas distancias, su Ford Ka del 97 es fundamental para desplazarse.

Cada mañana lo conduce hasta el bar Titanic del barrio de A Ponte, su favorito.  Solo, con su hermana o sus sobrinos, lee el periódico y toma un café. Las páginas de hemeroteca son sus favoritas. Señala un titular, “Albert Einstein visita Barcelona”, y explica: “Son las noticias que se leían en mi época con los personajes de mis tiempos. Me gusta poder recordar”. 

Jorge lleva conduciendo “desde que salió el 600”. A finales de los años 50 se compró uno y, desde entonces, ya tuvo 25 carnés, todos ellos con unas pruebas de psicotécnico impecables. Sus años no le impiden agarrar el volante firmemente y sus sentidos le funcionan, solo tiene que someterse a las restricciones que le impone la DGT. No tiene pensado desistir: “Yo me encuentro en una edad impresionante, contemplativa”, afirma, y su vehículo es una herramienta necesaria para realizar las labores de diario. “Hay mucho edadismo con que las personas mayores tengamos carné, pero yo tengo todo en regla”, afirma. 

No trabajar ni tener hijos

Con tono jocoso, Jorge afirma que el secreto para llegar a los 99 con tanto éxito como él es “no trabajar, ni tener hijos”. Pese a no ejercer, estudió Medicina en Santiago y en Salamanca. Más tarde conoció a su mujer, Victoria.

Ella le “obligó” a mudarse a la Saínza, algo que no le entusiasmó porque él es natural de Canedo, lo que es ahora el barrio de A Ponte, que no se fusionó a Ourense hasta 1943. Allí fue al colegio, donde fue alumno de Otero Pedrayo. Uno de sus recuerdos más felices fue la aprobación del Estatuto de Autonomía de Galicia en 1936, poco antes de que estallase la Guerra Civil. “En mi clase había algún que otro fascista, pero la mayoría éramos leninistas y nos alegramos mucho”, recuerda. 

Como testigo de este conflicto en Ourense, señala que había que vivir con más cuidado, por si descubrían las ideas políticas. “Ves cosas, donde está la estación  ahora presencié un tiroteo en plena calle”, pero señala que no se vio muy afectado por ello.

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