TRIBUNALES

El juez concluye el sumario del homicidio a 125 km por hora

La víctima, sobre el asfalto, junto a otros usuarios de la carretera que se detuvieron para socorrerla.
photo_camera La víctima, sobre el asfalto, junto a otros usuarios de la carretera que se detuvieron para socorrerla.

El principal inculpado será acusado también de no socorrer a la víctima, circular drogado y sin carné

El conductor implicado en un accidente mortal el 7 de septiembre del pasado año en la N-525, a la altura de Rabo de Galo, en la ciudad, se enfrentará a la petición de una dura condena ya que será acusado de homicidio doloso, que contempla una pena que va de los 10 a los 15 años de cárcel. Pero Carlos P.P., además, según recoge el juez instructor en el auto por el que da por concluido el sumario, no socorrió al motorista, fallecido al poco de llegar al CHUO, y condujo drogado y sin carné porque se había quedado sin puntos. El sumario, que ya ha sido remitido a la Audiencia, afronta su último recorrido, aunque será este órgano, el encargado de enjuiciar el caso, el que diga si falta o no algún fleco por atar una vez escuchadas las partes (defensas y acusaciones, incluida la particular).

El magistrado no cree que se trate de una muerte por imprudencia, debido a una negligencia grave, sino que aprecia un homicidio doloso cuando arrolló al motorista luso de 37 años que regresaba a su país tras pasar unos días en Galicia (su padre iba en otra moto). Carlos P.P., en prisión provisional por estos hechos, no solo no respetó la limitación de velocidad de 60 km/h -el atestado recoge que iba a 125 km/h y en aceleración- sino que también bajo la influencia del alcohol y las drogas. Aprecia dolo eventual: el inculpado no tenía una intención clara y directa de matar al motorista pero sabía que podría hacerlo con su forma de conducir y, pese a ello, decidió actuar del modo en que lo hizo.

En el mismo proceso penal, Josefa P.P., alias Pucha, conocida en el ámbito judicial y policial por su presunta vinculación con el tráfico de drogas en la operación Zamburiña, será acusada de encubrimiento, al considerar el instructor que presentó coartada falsa a su primo. Sostuvo que Carlos no conducía el coche implicado en el accidente, pese a que era suyo, ya que diez minutos antes del accidente, se fueron juntos a su casa de Barbantes. 

La principal prueba de cargo viene de la mano de un joven que asegura que iba con el inculpado en el momento en que ocurrió el accidente, tras compartir una noche con alcohol y drogas. Testificó que Carlos no quiso parar cuando el coche pasó por encima del motorista y que le dijo: "¡Cállate!, que no tengo carné de conducir". 

Atrapado en los bajos del coche durante 50 metros

El accidente ocurrió a las 11.10 horas del 7 de septiembre de 2019. Carlos circulaba a gran velocidad por el carril izquierdo del Puente Ribeiriño -sentido Madrid- procedente de la N-542. Cambió de carril, con una maniobra evasiva, porque otro coche que iba delante iba más despacio. Fue entonces cuando chocó por alcance con el motorista, que iba por el carril derecho procedente de Basilio Álvarez. Tras el impacto, la moto quedó atrapada  por la llanta de la rueda trasera contra el frontal del chasis del turismo en un recorrido de 16 metros hasta salir despedida.  El conductor quedó atrapado en los bajos del Audi durante 50 metros. Salió despedido y la rueda posterior derecha le pasó por encima.

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