Las obras del AVE recuperan su actividad a partir del 13

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El retraso derivado de la crisis hace casi inviable que el primer tren llegue a Ourense en 2021

n n n La crisis del coronavirus añadirá al retraso que ya acumulaban las obras del AVE gallego, el ocasionado por la paralización de todos los trabajos que estaban previstos para esta línea. Trabajos que incluyen no solo los propios del montaje de la vía, la catenaria. También los de las pruebas de carga en los viaductos con los que los técnicos del Adif esperaban reducir el período de pruebas que habitualmente se inicia al tener totalmente finalizada la infraestructura y así anticipar a 2021 la llegada de los primeros trenes comerciales a de alta velocidad a la estación de Ourense.

El pasado mes de febrero, desde el Adif realizaron una reprogramación del cronograma oficial de las obras y, por primera vez, fijaron fechas estimativas tanto para la conclusión de todos los trabajos como para el inicio del servicio comercial. Dicho cronograma estimaba el final de l montaje de la vía derecha en marzo, la vía izquierda entre mayo y junio y la catenaria antes de finalizar septiembre.

En sus estimaciones, el Adif consideraba plausible realizar las pruebas de verificación de este tramo, el más complejo de toda la línea, de manera que en el último trimestre de 2021 ya estuviese en servicio. Eso significaba acortar notablemente el período de pruebas después de finalizadas las obras, gracias al inicio de las mismas mientras se ultima el montaje de la vía izquierda y de la catenaria. 

Pero todo se ha torcido. El montaje de la vía derecha se cumplió en la tercera semana de marzo. En ese momento, incluso se esperaba tener finalizado el montaje de la izquierda en el mes de mayo, pues los trabajos iban a buen ritmo. Una ventaja que se fue esfumando con los daños colaterales de la crisis que ese mismo mes empezaron a  acusarse en la actuación sobre la vía izquierda, como la dificultad de transporte, de la movilidad de trabajadores portugueses que participan en las contratas o el cierre de la hostelería y restaurantes.

Con la paralización de las obras, impuesta por el decreto del Gobierno del 29 de marzo hasta el 13 de abril,  los trabajos en la línea gallega de alta velocidad quedaron en suspenso. Podrían  reactivarse en la tercera semana de este mes pero no al ritmo acelerado que llevaban con anterioridad a la situación del estado de alarma, como consecuencia de las medidas de prevención para el contagio que habrán de ser aplicadas en los puntos de trabajo.

Por estas razón, parece difícil imaginar que la previsión fijada en febrero llegue a cumplirse. Una situación sobrevenida, totalmente impredecible, ha impuesto un frenazo en seco a una actividad que se estaba desarrollando a contrarreloj. El objetivo de septiembre podría trasladarse a octubre o noviembre. 

Con respecto a las pruebas para acortar su plazo de verificación, aunque se retrase su inicio a finales de este mes de abril,  va seguir permitiendo simultanear algunas de sus fases con los trabajos en el montaje de la vía izquierda y la catenaria.

Queda todavía la incógnita de cuánto durarán las pruebas una vez finalizadas todas las obras, un plazo que también va a depender de los medios técnicos para su ejecución. Porque al tiempo que se concluirá la línea gallega hasta Ourense, habrá otras que también demandarán su escasa flota de trenes auscultadores, laboratorio, etcétera, en el Norte, como el tramo hasta Burgos, la línea Madrid-Lisboa en Extremadura y otras líneas de alta velocidad en el área mediterránea. En este contexto, cada vez se hace más difícil cumplir el compromiso de que el primer tren comercial de alta velocidad llegue a Ourense antes de finalizar el Xacobeo 2021. 

¿Cuándo se reducirán los 50 minutos de viaje a madrid?

La "hibernación" decretada por el Gobierno el pasado 29 de marzo también afectó a las pruebas que se están realizando en los 110 kilómetros que separan Zamora de Pedralba de la  Pradería, que quedaron paralizadas. La línea, que en la actualidad está siendo testada para cumplir con las prescripciones que exige la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria, también cumple una función adicional de vía de comunicación para el transporte de material y trenes técnicos desde la base de montaje de La Hiniesta, a ocho kilómetros de la estación de Zamora, hasta la línea en obras entre Pedralba y Campobecerros. Desde que Meamán entró en servicio los requerimientos de La Hiniesta ya se han visto reducidos y las pruebas de fiabilidad que exigen un rodaje con trenes de viajeros que simulen la explotación comercial, al menos durante 15.000 kilómetros se podrán realizar sin problemas. 

Aunque la paralización de estos quince días ha supuesto un serio hándicap al objetivo de los técnicos del Adif, lo cierto es que la propia crisis juega también a su  favor, ya que al estar suspendida "sine die" la prestación de la mayoría de los servicios ferroviarios de larga distancia, Renfe cuenta con una flota de trenes "ociosos" que puede destinar a la realización de esas pruebas finales.

Por esa misma circunstancia, los maquinistas se encuentran libres para poder realizar la formación que los habilite para circular con los trenes Alvia por esos 110 kilómetros que acortarán cincuenta minutos el viaje a Madrid.

Talgo también tuvo que paralizar la fabricación de los trenes AVRIL

El decreto del 29 de marzo que instauraba durante quince días el permiso retribuido recuperable para toda la industria no vinculada a sectores como la alimentación y las necesidades sanitarias también afectó a las factorías de Talgo en Las Matas (Madrid) y Rivabellosa (Álava), donde se están fabricando todos los trenes con los que Renfe pretende incrementar hasta en un 50 por ciento su actual flota de trenes de alta velocidad. 

Se trata de dos series de sus trenes de muy alta velocidad AVRIL, la primera de ellas de 15 unidades de ancho estándar y la segunda, de otras 15 unidades pero todas ellas de rodadura desplazable. 

Es a esta última serie a la que corresponden los primeros trenes con los que Renfe pretende inaugurar los servicios AVE a Galicia, para que puedan llegar a todas las ciudades y no solo a Ourense. 

Se trata de una serie muy disputada porque también la desean destinos como Asturias y el País Vasco, para poder aprovechar los tramos ya en servicio y en inminente inauguración con el objetivo de acortar los tiempos de viaje a sus ciudades.

Aparte de esas dos series hay una tercera que está integrada por los coches cama y de servicios de los trenhotel que Renfe retiró de la circulación y que se están reciclando para emplearlos en las líneas de alta velocidad en las que se necesiten trenes de rodadura desplazable. Renfe también cuenta con incorporar alguno de esos trenes a su servicio AVLO de alta velocidad de bajo coste. 

La tercera serie estará formada, inicialmente por un total de 13 unidades ampliable a 19.

Un hipotético retraso en la entrega por estas vicisitudes no afectaría a los servicios gallegos ya que las obras llevan más retraso por lo que los trenes llegarán a tiempo. 

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