Las pulpeiras de Arcos cortan 5 millones de raciones al año

El tamaño de los platos de madera marcan la diferencia entre el número de raciones.
photo_camera El tamaño de los platos de madera marcan la diferencia entre el número de raciones.
El oficio de las pulpeiras nacido en O Carballiño hace ya tres siglos fue el precursor de las actuales “food trucks”

Se adelantaron en dos siglos y medio a las “food trucks”. En un año normal la estimación es que preparen y despachen hasta cinco millones de raciones de pulpo. La mayoría se consumen dentro de Galicia, en las ferias quincenales, romerías y fiestas de verano o en los puestos que instalan allí donde son requeridos: un restaurante, una boda, un congreso…

Hoy día el colectivo cuenta con muchos pulpeiros, hijos y nietos de pulpeiras. Hay familias que llevan en el negocio seis generaciones. Eso significa que comenzaron durante el reinado de Alfonso XII, en el último cuarto del siglo XIX. Los hombres trabajaban en el campo y eran las mujeres las que iban a las ferias con la olla, los platos de madera y los pulpos secos que se ponían a remojo antes de ser cocidos. “Era un trabajo muy duro”, explica el presidente de la asociación de Pulpeiras de O Carballiño, “viajaban con el carro, a veces durante dos días para llegar a la feria. Con la llegada de los autobuses, solían viajar varias juntas y se ayudaban unas a otras”. Nada que ver con la comodidad de las furgonetas actuales.

El pulpo á feira siempre tuvo un gran predicamento por toda Galicia y aunque con precios más asequibles que en la actualidad era un negocio rentable porque también la materia prima resultaba más barata. Las pulpeiras aplicaban a la ración el precio del coste de un kilo de pulpo. Era la regla básica que aseguraba cubrir todos los gastos y obtener un discreto beneficio. Con el pulpo alcanzando los 21 euros y ahora a 17,50 el kilo, esa regla ha quedado relegada por parte de los pulpeiros que han preferido ajustar al máximo sus márgenes de ganancia y reducir el tamaño de la ración para poder mantener unas tarifas que rondan entre los 10 y los 12 euros y que llega a 14 euros en San Froilán, en Lugo, donde la ración está estipulada en 250 gramos. Si a ello le añadimos los 10 euros que cuesta el litro de aceite y el precio de los combustibles, el colectivo se enfrenta a auténticos juegos malabares para que les salgan las cuentas. De ahí su opción por la diversificación del negocio en el que además de pulpo ofertan carne ó caldeiro y servicios de cátering con los que garantizan un negocio que sigue siendo el motor de muchas familias.

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