URBANOS DE OURENSE

Quejas en los autobuses de Ourense: “Aquí no hay quien entre”

Uno los “busitos” que cubre actualmente la línea 7 entre el barrio de Covadonga y A Valenzá.
photo_camera Uno los “busitos” que cubre actualmente la línea 7 entre el barrio de Covadonga y A Valenzá.
Los usuarios de la línea 7 de autobuses urbanos de Ourense expresan sus quejas por las escasas frecuencias y la colocación de busitos

El reloj marca las 14,15 de la tarde en la parada de autobuses del Parque de San Lázaro. Hora punta de salida para escolares y también para muchos trabajadores que finalizan su jornada laboral. En torno a la marquesina se empieza a juntar un número considerable de personas. Los últimos que llegan preguntan, “¿Ya ha pasado el 7?”. La respuesta es clara, “Aún no, yo llevo un buen rato aquí y aún no ha bajado del +15 que marca la pantalla”.

El autobús termina llegando, pero la escasa frecuencia provoca que sean muchos los usuarios que haya a la espera para subirse. Al ver aparecer el vehículo hay quien se consuela expresando: “¡Por lo menos no es un busito!”. En el interior comprobamos el porqué de esta exclamación. A duras penas se logra entrar y es difícil encontrar un espacio. Los asientos están completos, el resto de personas se amontonan como pueden por los espacios existentes, llegando a ocupar la práctica totalidad del autobús.

Interior de un autobús de la línea 7.
Interior de un autobús de la línea 7.

Durante el trayecto, un grupo de usuarias comienza a expresar en alto sus quejas: “Mira cómo estamos. Aquí no hay quien entre. O aumentan las frecuencias o va a ser imposible entrar en un bus de esta línea”. La incomodidad del pasaje es visible. Algunos habituales de la línea 7 ya estuvieron presentes el pasado martes, cuando también en horario de máximo trasiego se colocó un busito para cubrir el recorrido. “Ahora los han pasado a otros horarios, donde hay menos pasajeros. Pero si no aumentan las frecuencias de autobuses, el problema va a seguir igual”, expresa una pasajera. Hay quien va más allá y se pregunta qué pasaría en el caso de que tuviera que utilizar el autobús una persona con movilidad reducida o una familia con un carrito de bebé. Lo cierto es que se antoja imposible visibilizar un espacio para ubicarlos. El hartazgo de los usuarios lo completa la inacción del Concello a la hora de responder a las quejas. “Si llamas al número habilitado te dicen que esperes, que ahora te ponen con un responsable. Al final acabas colgando ante la falta de respuesta”, explica una de las usuarias habituales.

La línea 7 del servicio de autobuses urbanos de Ourense ha sido históricamente de las de mayor trasiego de la ciudad. Conecta el norte la ciudad con el extremo suroeste de la misma y el Concello de Barbadás. O lo que es lo mismo el barrio de Covadonga con A Valenzá. Por ello, antes el vehículo habitual era un autobús doble articulado, necesario para dar respuesta a la alta demanda del servicio. Ahora, sin embargo, los vecinos de Ourense que usan esta línea tienen que conformarse con un busito y con unas frecuencias que no cubren la elevada demanda.

Críticas de la oposición

El tema, recurrente en los últimos días, ha vuelto a centrar las críticas de la oposición. El Grupo Municipal Popular llevará al pleno ordinario del mes de abril una moción para pedir al gobierno municipal que el proceso de licitación del transporte público intente dar solución a la mayoría de los problemas existentes para que las consecuencias futuras sean lo menos perjudiciales posible para las arcas municipales. “Os veciños quedan tirados nas paradas porque a escasa capacidade da nova flota fai imposible que se cubra a demanda nas horas centrais do día e as persoas maiores teñen dificultades para chegar aos seus asentos con fluidez”, denuncia el concejal, Pepe Araújo. En la misma línea, el edil popular asegura: “Queda claro que o goberno municipal se equivocou tanto na cantidade como na tipoloxía dos autobuses mercados, un erro que lle vai salir moi caro á cidade de Ourense”.

El grupo municipal socialista también expresó sus críticas ante la “demagoxia” del alcalde en redes sociales, exigiendo una mejor gestión del dinero y de los recursos públicos de toda la ciudadanía. “Sabemos que o mantra que repite Jácome é que fai máis con menos. Con menos autobuses, con menos condutores, con menos frecuencias, con menos espazo dentro dos vehículos, con menos combustible e menos quilómetros ofertará mellor servizo a máis xente”, expresó la edil socialista, Alba Iglesias, en referencia a las contradicciones del alcalde.

Por su parte, el portavoz municipal del BNG, Luis Seara, también expresó en rueda de prensa sus críticas a la actual situación del transporte urbano. “As cousas fixéronse mal desde o primeiro momento, mercáronse novos autobuses, de dubidosa calidade, sen ter definido o novo mapa de liñas e iso provoca os desaxustes e os problemas actuais”, manifestó el portavoz nacionalista en su comparecencia.

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