Los rescates de mayores solos en Ourense se duplican en los últimos cuatro años

Los bomberos de Ourense auxiliando a una persona mayor en su casa.
photo_camera Los bomberos de Ourense auxiliando a una persona mayor en su casa.
Casi 24.000 ourensanos de más de 60 años viven sin compañía, y se reparten en uno de cada cinco hogares de la provincia

En uno de cada cinco hogares reside una persona de avanzada edad en soledad. Son un total de 23.762 mayores de 60 años repartidos por la geografía provincial, 8.000 de ellos en la ciudad. Hay quienes se mantienen en comunicación constante con sus familias, pero otros están completamente aislados. A éstos no les llama nadie ni cuando tienen una urgencia. Precisamente estas situaciones límite suponen un problema de seguridad público, dado que en numerosas ocasiones no se llega a atender sus necesidades a tiempo. Así ocurrió el pasado miércoles, cuando un hombre de 72 años apareció muerto en su piso después de que los vecinos se alarmasen al llevar varios días sin verle. Más impactante fue la aparición de un cadáver momificado en el pueblo de San Cristovo (Monterrei) ese mismo día: el fallecido llevaba seis meses allí sin que nadie se percatase.

Un dato ilustrativo es el de los bomberos de la ciudad, que acudieron al rescate de 46 mayores solos en 2022: de éstos, diez ya habían fallecido cuando llegaron a la vivienda. Este tipo de intervención se duplicó en los últimos cuatro años y aumentó un 65% en la última década, cuando se realizaban cerca de 15 rescates en todo el año. Por otra parte, este 2023 desde los servicios de emergencias contabilizan 10 rescates de este tipo con dos personas muertas a su llegada. El contexto de los fallecidos suele ser semejante: personas que no tienen familia -o que vive lejos- y que llevan varios días sin contestar al teléfono o sin ser vistos por los vecinos.

Detrás de las llamadas

Con todo, a estas alturas del año pasado, los bomberos ya habían sumado 15 rescates, por lo que en 2023 podría registrarse una bajada en estas actuaciones. El coordinador de los bomberos de Ourense, José Benito, señala que “después de la pandemia se dio un importante aumento de estas intervenciones”, en relación al auxilio de los mayores que viven solos. Además, indica que estas salidas suponen un 10% sobre el total de las actuaciones que realizan en su día a día.  

 La mayoría de las veces que una persona de edad avanzada llama a emergencias es porque se cayó y no puede levantarse por sus propios medios o porque no responden al teléfono a sus familiares. 

Las causas

El envejecimiento de la población -siempre en crecimiento-, sumado a los problemas de movilidad que padecen, son dos de las causas que agravan el problema año tras año. Así lo señalan los servicios de emergencias de la ciudad que, además, apuntan a un destacado porcentaje de mayores que sufren Síndrome de Diógenes y acumulan basura en el interior de sus viviendas. 

Por otra parte, están las consecuencias psicológicas de la soledad. Marisa Justo, de las aulas de mayores Ategal, constata que en los últimos años dos de los alumnos fueron hallados muertos en sus viviendas porque ellos mismos se habían quitado la vida. Estas clases, igual  que otras actividades que se ofrecen en la Cruz Roja, sirven como método de prevención para detectar problemas de salud mental, dado que los responsables pasan lista y están pendientes de su estado. 

Si bien en la ciudad el envejecimiento de la población es cada vez más notorio, en las áreas rurales de la provincia cuentan con algunos mecanismos para hacer frente a una realidad que lleva años suponiendo un problema. 

LOS RECURSOS PARA AFRONTAR LA SOLEDAD EN LA PROVINCIA

  • Verín. En esta villa hay  572 personas mayores de 75 años que viven solas.  El Concello les presta el servicio de teleasistencia, ayuda a domicilio y compra desde casa.
  • Allariz. La regidora local, Cristina Cid, explica que desde el Servizo de Axuda no Fogar de este concello se realiza “unha vixiancia daqueles casos nos que hai persoas que viven soas nos seus domicilios”. Esto incluye, además, un servicio de taxi. Este está pensado para pueblos en los que, incluso, solamente vive una persona. 
  • Xinzo de Limia. Desde la pandemia cuentan con una relación de teléfonos y direcciones de los mayores que residen solos.
  • Carballiño. Los servicios sociales intentan -desde la precariedad de personal- seguir a las personas más vulnerables. Pese a todo, en Carballiño se han dado algunos casos de fallecimientos descubiertos en domicilios después de varios días de haberse producido. El Concello incluso llegó a plantearse un proyecto de control a partir de la elaboración de un censo de personas que viven solas en situación difícil, pero finalmente nunca se llegó a desarrollar.
  • Celanova. Desde la mancomunidad se lleva a cabo una iniciativa para promover la práctica de deporte entre la población mayor de 65 años en la que un profesional se desplaza a los diferentes núcleos de población para impartir de manera continuada deporte de mantenimiento para este sector de la población.
  • O Barco. Por un lado, cuentan con un servicio de ayuda a domicilio con el que les llevan los productos necesarios. Además, en estos momentos son 70 las personas que cuentan en sus hogares con un servicio de teleasistencia y geolocalización.

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