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NUEVO GERENTE DEL ÁREA SANITARIA DE OURENSE
Hasta mediados de este mes, Santiago Camba desempeñaba las funciones de coordinador quirúrgico y traumatólogo en el Hospital de O Barco de Valdeorras. Ahora cumple una semana al frente del área sanitaria de Ourense, Verín y O Barco de Valdeorras. Siete días en los que ha tenido que tomar el pulso a sus compañeros de profesión, y empezar a preparar un diagnóstico para tratar los distintos frentes que requieren una intervención urgente.
¿Recuerda lo que estaba haciendo cuando le ratificaron el nombramiento?
Cuando me llamaron, estaba de guardia, y tuve que posponer la audiencia al día siguiente porque uno tiene sus horarios y sus compromisos, y ha de atenderlos. Siempre prioricé al paciente sobre cualquier otra cosa.
¿Ha cambiado su vida en los últimos días?
Prácticamente todo, y prácticamente nada. Estaba viviendo en O Barco, y volví a vivir en Ourense, mi ciudad de referencia. Lo que sí, un trabajo intenso para intentar ponerse al día en determinadas cuestiones y en el menor tiempo posible. Yo procedo de la parte asistencial, y creo que la conozco razonablemente bien. En lo que respecta a la gestión, tuve la oportunidad de dedicar varios años de mi vida a ella, pero hay que ponerse al día en determinados aspectos, y en eso estamos.
¿Qué ha cambiado desde que fue director provincial del Sergas?
Los cambios son muchos, y en dos sentidos. Era otro tipo de sanidad. Cuando volví al ámbito sanitario tras muchos años fuera, ves los cambios de otra manera, no es como si estuvieras día a día incorporándolos en tu interior. Sobre todo aprecio el gran avance que hubo en la medicina. Cuando yo estuve en la dirección provincial del Sergas (entre los años 2000 y 2001) estaba empezando lo que hoy conocemos como Medicina de Familia. Eso conllevó cambios. En el tema hospitalario, las evoluciones son constantes. En el año 2000, por ejemplo, nadie sabía lo que era un PET (tomografía de emisión de positrones, un método de escanear los órganos), y hace cinco años nadie pensaría que tendríamos uno en Ourense, y hoy está colocado. Hay avances que se producen tan deprisa que muchas veces es difícil asimilarlos.
Pese a todos los avances logrados, tenemos un problema de personal, como usted mismo comentó durante el acto de su toma de posesión.
Tenemos unas características de población determinadas, y eso afecta al personal disponible. En estos momentos estamos haciendo extrapolaciones de las jubilaciones para los próximos 5-7 años, y tenemos especialidades con personal envejecido y falta de especialistas. Yo creo que por una mala planificación durante muchos años del sistema MIR. Deberíamos ajustar ese sistema a las necesidades de la sanidad en toda España, no solo en Galicia. Y quizá por esa mala planificación al final sufrimos esta falta de personal. Lo sufre en primer lugar el paciente, la población en general; y también los profesionales, que tienen una carga de trabajo importante. A los profesionales no se les puede pedir más sacrificios, yo lo veía en el día a día cuando hacía labor asistencial. Intentaremos optimizar los recursos, desburocratizar la sanidad en la medida de lo posible y disminuir la carga para que el médico se pueda dedicar al paciente.
Esta semana se conocía que cerca del 43% de los médicos de Ourense se van a jubilar en la próxima década ¿Cómo se afronta el comienzo de una gestión con esa espada de Damocles?
Con preocupación. Debemos ocuparnos de que estos temas afecten en la menor medida posible a nuestros sanitarios, pero somos rehenes de las circunstancias; y esa mala planificación de la que hablaba lleva muchos años. Y los médicos, tras seis años estudiando un grado, pasan otros cuatro especializándose. La medida que se tome ahora con el médico recién graduado no empezará a notarse hasta dentro de 4 o 5 años. Y eso incrementa la preocupación.
¿Se plantea entonces pedir a sus compañeros que retrasen la edad de jubilación?
De hecho, ya lo están haciendo. Hay que pensar que ahora la población vive más años y llegan mejor a esa etapa de los 65-70 años, y en estos momentos no solo hay que pedirlo, sino que muchos lo agradecen porque aún están en plenitud de facultades y quieren seguir trabajando. Yo mismo soy un ejemplo. Me quedan pocos años y no me veo jubilado, como no se ve la mayoría de mis compañeros, que quieren seguir mientras se vean capacitados.
Uno de los grandes frentes de batalla será la Atención Primaria, ¿cómo la ha encontrado?
Con la Atención Primaria pasamos de un sistema de médicos generalistas a uno de especialistas. Es una especialidad dentro de la Medicina. Tenemos 104 centros de salud, 20 jefeturas de servicio y creo que 19 PACs (Puntos de Atención Continua). Es una gran estructura dentro de la macroestructura sanitaria, y debemos aunar esfuerzos, porque es un pilar fundamental de nuestra salud. No solo es importante, es fundamental en nuestro sistema de salud.
Comentó la necesidad de sinergias entre Atención Primaria y Hospitalaria ¿por dónde pasarían?
Yo vengo de un hospital pequeño como es el de O Barco. Cuando uno va bajando a poblaciones más pequeñas, el contacto humano es mayor. Teníamos mucho contacto con los médicos de Atención Primaria, y yo creo que había una relación muy buena, que me gustaría trasladar al resto de la provincia. Que el contacto sea más fluido y que pensemos que nos necesitamos los especialistas a Primaria y Primaria a los especialistas, y estoy seguro de que así va a ser. Hay que hacer un esfuerzo para que las sinergias sean mayores.
Otro de los frentes es la pediatría, con una manifestación convocada en Carballiño el día 26 de mayo. ¿Se va a reunir con los padres?
Mi idea es hablar con todo el mundo. En estos momentos tenemos la pediatría hospitalaria, que creo que está razonablemente cubierta, y después la pediatría de primaria, con facultativos en algunos casos con edades próximos a la jubilación, con las consecuentes dificultades. Si en ciudades como Madrid o Barcelona hay escasez de pediatras, imagine en una provincia como Ourense. Es una carencia a nivel nacional y no es un problema de recursos, sino de una planificación no del todo acertada en el mismo sistema.
Hay otro conflicto que está latente, el del personal UCI, ¿cómo lo percibe?
Lo conozco por referencias. Estoy pendiente de una reunión con la coordinadora de la UCI, y habrá que ver las ratios por paciente. Respecto a las equipaciones, se acaba de hacer un esfuerzo presupuestario grande, con una UCI que creo que no tiene nada que envidiar a ninguna del Estado, y una ampliación que está comenzando y nos dotará de 30 boxes de UCI. Creo que, en ese sentido, seremos la envidia de Galicia, y no entiendo esa preocupación.
Y la lista de espera ¿qué opina de ella?
Cuando hablábamos de algunas especialidades con falta de recursos humanos, es cuando se genera lista de espera. En Ourense tenemos más de cuarenta especialidades, y hay tres donde la situación es preocupante: rehabilitación, traumatología y oftalmología. Estamos con intención de solventarlas en la medida de nuestras posibilidades. En Verín y O Barco tendremos probablemente las mejores ratios de lista de espera médica y quirúrgica de todo el Sergas. En O Barco, a un paciente se le metía en lista de espera en enero y se le operaba en febrero. La agilidad en un hospital comarcal es mayor que en uno de ciudad. Fuera de esas tres especialidades, no me preocupa demasiado la lista de espera.
¿Renovará los equipos directivos?
Sí. Hay que hacer cambios en los equipos directivos. Intentan normalmente hacer las gestiones lo mejor posible, pero cada gerente quiere un perfil de personas determinadas, y en ese sentido va a haber cambios.
¿Cómo le gustaría que se recordara su etapa al frente del área sanitaria?
Que sea una etapa de mejora de la sanidad en la medida de lo posible. Que mejoren las cosas.
Creo que se arreglará antes el problema sanitario que la N-120
Usted procede del Hospital de O Barco, ¿en qué situación se encuentra?
Yo me vengo contento. Fue un hospital que en su momento la gente tenía ciertas dudas para ir a trabajar allí. La distancia es grande, y la N-120 no ayuda. Creo que se arreglará antes el problema sanitario que esa carretera. El hospital está en una buena situación. La consellería hizo un esfuerzo importante con los hospitales comarcales, y pronto acabará un concurso de plazas de difícil cobertura, en el que a O Barco le corresponden 16 facultativos y 14 a Verín. Hace año y medio llegaron otros 17 médicos, y creo que eso deja al hospital con personal suficiente, razonablemente cubierto, y con la población satisfecha. Hay que hacer un esfuerzo para que las sinergias sean mayores.
Eso nos lleva a la medicina rural, otro gran caballo de batalla
La medicina rural entronca con la situación de la medicina de familia. En O Barco ese problema no lo teníamos, porque había mucho contacto entre los médicos. En el resto del área, imagino que en Verín la situación será similar, aunque lo desconozco. Tampoco estoy al día de la relación con el hospital de Ourense, pero creo que es una cuestión de más interactuación entre las atenciones hospitalaria y primaria.
Hablaba de adaptar el sistema sanitario a la nueva realidad ¿por dónde se empieza?
Hay que pensar en la idiosincrasia de la provincia de Ourense: población envejecida y dispersa. También en la propia idiosincrasia del personal sanitario. El tema generacional influye mucho, son gente muy trabajadora y bien formada, pero con conceptos distintos. Lo que intentaremos será crear equipos sólidos que conjuguen esas dos idiosincrasias para que no haya dificultades. Las herramientas ya las tenemos, lo que no se va a pedir es más sacrificio al personal.
Dada su experiencia con la emigración, ¿se plantea incorporar de alguna forma a emigrantes retornados con formación médica?
En estos momentos hay un problema que es a veces difícil de solucionar: la homologación de los títulos. La formación de especialistas en el exterior muchas veces no coincide con la de aquí, y estamos perdiendo recursos humanos que podríamos incorporar para aliviar la falta de algunas especialidades. Es un tema que corresponde al Ministerio, y esa solución tardará en llegar.
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