El temor a ocho presuntos delitos desató el fin del alcalde Jácome

"Una vez conocidos los hechos en los términos que figuran en este relatorio, creemos los mismos podrían ser constitutivos de graves delitos, tales como blanqueo de capitales, malversación de caudales públicos, estafa, cohecho, coacciones, delitos contra la libertad de los trabajadores, contra la hacienda pública y la seguridad social, o falsedad, entre otros. Por tal motivo nos hemos vistos en la obligación de poner en conocimiento de la fiscalía de la Audiencia Provincial la existencia de lo que, en dicho escrito, definimos como irregularidades en la contratación del personal eventual y posibles irregularidades contables". Así finaliza el dosier interno, al que ha tenido acceso La Región, que provocó la deserción de los concejales de DO, la denuncia ante la fiscalía y la ruptura del PP. Cada vez más solo dentro del partido fantasma que fundó junto a un grupo de amigos, el actual alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, ha visto cómo en las últimas semanas se ha dilapidado completamente su crédito al quebrarse completamente la confianza de la mayor parte del equipo que le ha acompañado en esta aventura hasta la Alcaldía de la tercera ciudad de Galicia. Presionado por varios flancos para poner sobre la mesa las explicaciones por la gestión económica que realiza, Jácome se ha enrocado negándose a proporcionar cualquier tipo de información sobre las cuentas de DO. Sin embargo, y así lo ha podido comprobar este periódico, el malestar de los descontentos en el partido se sustenta en comportamientos presuntamente descubiertos tras una pormenorizada investigación que han realizado durante las últimas semanas y derivó en las denuncias ante la justicia y, en paralelo, en la alerta al PP, que esta semana se desmarcaba de Jácome "por uns acontecementos moi graves". El resultado ha sido que tanto los críticos como el PP como el resto de grupos políticos de la Corporación han solicitado la dimisión del alcalde y la creación de una comisión de investigación sobre la financiación pública de DO. En el informe realizado por los concejales desmarcados de Jácome aseguran tener constancia de la contratación de falsos asesores en el Concello, de pagos en negro de elevadas cantidades o hasta presiones y amenazas para donar partes importantes de los sueldos. Y lo sustentan con wasaps y fotografías de extractos bancarios. Son algunas de las claves que explican la precipitada caída de Jácome hacia el abismo, acorralado por propios y extraños y atrincherado, al menos por ahora, en su despacho de la casa consistorial junto a un concejal. Así es el supuesto entramado diseñado por Jácome, según el relatorio recopilado por concejales y asesores de DO y a los que Jácome se ha negado a responder hasta ahora ("No tengo que enseñar nada para demostrar mi inocencia". Es toda la explicación del alcalde). Fuentes de ingresos Sin estructura de partido para cobrar a los afiliados –fundadores como Manuel Álvarez reconocieron públicamente que no existen–, la salud financiera pasa por las aportaciones que realizan Concello y Diputación por la representación institucional y por las donaciones que realizan concejales, algo frecuente en todos los partidos políticos, y el personal eventual, que no es habitual en este ámbito. Una de las primeras preocupaciones nada más formar gobierno fue la de incrementar el número de asesores hasta el límite que marca la ley, así como subir las dotaciones que reciben los grupos políticos, pasando de 450 euros por concejal a 700, mientras que en la Diputación, donde también se llevó al límite el personal eventual, se mantiene estable en 900. Donaciones Entre 200 y 600 euros. Es la horquilla de las transferencias que cada uno de los ediles realizaba al partido, sin que esto supusiese una preocupación en el seno de la organización. Lo "realmente importante", concluye la investigación realizada, está en el personal de confianza, aunque con diferencias entre los trabajadores ante el "modus operandi" de Jácome. Nadie más que él decide las contrataciones para su "staff", poniendo presuntamente como condición previa la entrega de buena parte de los salarios que perciben, que oscilan en este mandato entre los 21.000 y los 39.000 euros brutos anuales. Señala el informe final tras la investigación que están constatadas entregas en metálico, "incumpliendo así la ley de financiación de los partidos". Los pagos no se contabilizan en los libros, confirman fuentes consultadas. Perfiles asesores En las acusaciones del dosier se dice que es bastante habitual que Jácome juegue con la necesidad de la gente para determinar su lista de asesores, ofreciéndoles el puesto en función de su situación laboral y así poder ejercer más presión sobre ellos y pedirles "cantidades desproporcionadas", como las pagas extra o más de la mitad de los sueldos. Los críticos recalcan también la existencia de falsos asesores, esto es, están entre los contratados en el Concello pero no realizan ninguna labor, con una pequeña compensación a cambio. Uno de ellos, según confirman los implicados, estaba cobrando la Risga y Jácome le abona esa cantidad, quedándose con el sueldo restante. Otro, mientras, lo haría a cambio de la cotización a la Seguridad Social, según el mismo relato. Entre los trabajadores del gabinete, está también una persona que ejerce la función recaudatoria. Cualquiera que se sale del guión es rápidamente señalado por Jácome, entrando en una lista negra de la que es imposible salir. Sin gastos "No tenemos ni una fotocopiadora". Así reflejaba el fundador de DO Manuel Álvarez la situación de un partido en el punto de mira del Ministerio del Interior por no haber adaptado sus estatutos ni nombrado cargos directivos. Y es que el entorno de Jácome relata que "aquí no hay gastos", dado que no hay sede, personal o bienes materiales. Todo se reduce a Jácome y su empresa. Las relaciones financieras de DO, según fuentes conocedores del funcionamiento del partido, son única y exclusivamente con su líder, que emite facturas con gastos de comunicación, publicidad o propaganda aunque sin la debida justificación o acreditación, indican. "No paga a nada nadie el partido". En esta afirmación recogida del informe se incluyen los nulos gastos en profesionales jurídicos o sobre las campañas, en las que suelen aparecer donaciones de simpatizantes. Con todo, Jácome se ha visto involucrado en situaciones de impago, como sucedió con la caravana alquilada para la campaña de 2015 o diferentes reclamaciones que han sido judicializadas. Entresijos Pese a la existencia de al menos dos cuentas bancarias abiertas para el grupo municipal, con Jácome como administrador y única firma autorizada, los críticos revelan la existencia de dinero negro al no ingresar en el banco diferentes aportaciones que llegan en metálico. Esta aseveración, además de en dosier, consta en una denuncia presentada contra él por uno de sus asesores. Del resto, los críticos coinciden en que el presidente de DO les ha reconocido en público que el dinero del grupo municipal se transfiere al partido y después a cuentas personales suyas. El movimiento favorito de Jácome es, con todo, comprar franjas horarias en su televisión privada, a la que destina la mayor parte de los recursos del grupo municipal y del provincial. Personas próximas al alcalde desvelan que "con el objetivo de ahorrarse impuestos juega con las cantidades a facturar, en función del saldo disponible". Autoconvencido En las reuniones mantenidas para abordar la gestión del partido, Jácome no duda en autoerigirse como única voz autorizada, precisamente uno de los aspectos que se están poniendo en cuestión en las últimas semanas. "Nos ha manifestado que todo lo que entra le pertenece, sosteniendo continuamente que el partido tiene una deuda importante con él, porque ha comprometido su patrimonio. Su discurso es que DO le debe importantes cantidades a él, una verdadera tomadura de pelo y un insulto a la inteligencia", señalan los díscolos, puntualizando que nunca han sabido una aproximación de esa "supuesta deuda". Aquí, vuelve a emerger la televisión del alcalde, de la que dice que le ha requerido una gran inversión pese a que carece de personal, se graba en un estudio en un bajo de su propiedad o emite una programación en bucle. "Todo es muy rudimentario", señalan. ¿Cuánto dinero? Tras unos cuatro primeros años en el Concello en los que sus dos diputados no le reportaban elevadas cantidades de dinero, la espectacular subida en las elecciones de 2015 hasta los ocho concejales disparó también los ingresos, sumándose su llegada a la Diputación, otra fuente para financiarse. En los últimos cinco años, DO se ha embolsado unos 400.000 euros solo de las asignaciones que se entregan a los grupos, cantidad a la que hay que sumar las aportaciones que realizan los ediles del partido, superando así los 522.000 euros. Pero el entramado diseñado por Pérez Jácome hace caja también entre el personal eventual y, "aunque resulta difícil cuantificarlo" por las diferencias entre los asesores, los cálculos que realizan los críticos sitúan la cifra no por debajo de 300.000 euros en el último lustro. Miedos Ante esta trama que han descubierto, están convencidos de que las irregularidades en la gestión económica son un hecho, creciendo su preocupación por la decisión del alcalde de cerrarse en banda y negarse a publicar las cuentas. Para los díscolos y desde hace unos días también para el PP, que ha roto el pacto de gobierno, se entiende que podría haber al menos 8 presuntos delitos de los que los que todos han querido desmarcarse. Cambios en marcha para blindarse dentro del gabinete El estallido de la crisis interna en DO conlleva también una reestructuración del gabinete de la Alcaldía, después de que el alcalde ourensano, Gonzalo Pérez Jácome, tomase ya la decisión de prescindir de hasta tres trabajadores, en un principio para dar cabida a los tres primeros investigadores que estarán en el centro de inteligencia artificial, aunque desde el sector crítico ven esta maniobra como parte de la estrategia de Jácome de blindarse en un grupo de personas ante la evidente pérdida de confianza entre los miembros de la Corporación, que ha deparado un gobierno con solo dos concejales, algo insólito en una ciudad.