O Bolo suma cuatro años sin el puente que une dos aldeas
El alcalde espera obtener el permiso de la Hidrográfica tras la última modificación del proyecto
El Puente de Barxa, construido sobre el río Xares, y que comunica las aldeas de Barxa y Seixo, en O Bolo, sigue superando obstáculos burocráticos para lograr su reparación y posterior apertura al tráfico rodado. Tras el envío de su proyecto al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, con la finalidad de obtener el informe de impacto ambiental, “en verano nos dijeron que no hacía falta tal informe, pero que sí había que adaptar el proyecto a unos requisitos sectoriales que pedían”. Así lo aseguró el actual alcalde del municipio de O Bolo, Alberto Vázquez, quien también explicó que “se realizaron las modificaciones pertinentes, se adaptó el proyecto nuevamente y se envió a Confederación Hidrográfica Miño-Sil, cuyos técnicos están valorando su validez y se está buscando financiación”.
Recordemos que hace ya cuatro años, en diciembre de 2019, el citado puente fue cerrado al tráfico tras el impacto de una fuerte borrasca que desbordó el río y causó importantes daños en la construcción. En aquel momento aparecieron grandes grietas, amenazando a la seguridad de los usuarios que desde entonces se ven obligados a dar un rodeo de casi 30 kilómetros para desplazarse entre ambas aldeas, cuando la distancia que las separa a través del puente es de apenas dos kilómetros.
Financiación
Esta nueva modificación, introducida en el proyecto para que pueda seguir adelante, “también ha sido asumida por la Diputación de Ourense”, explicó Vázquez. “Cuando entramos al nuevo gobierno, comprobamos que faltaban los permisos; cuando llegó la respuesta del Ministerio, donde se pedía la última modificación del proyecto, nos pusimos a trabajar, fui a hablar con el presidente de la Diputación, Luis Menor, y asumió la modificación del proyecto. Cuando los técnicos de la Hidrográfica nos den la respuesta trataremos el tema de los porcentajes de financiación, que se repartirá entre Diputación, organismo de cuenca y Concello”. La obra, según explicó el regidor bolés, “es inasumible solo para el Concello, porque estamos hablando de un total de 574.024 euros”.
La solución al problema parece no llegar nunca para unos vecinos que la reclaman desde hace años, frustración que manifiestan con pintadas en la barrera que cierra el paso al puente. Los retrasos, causados por la burocracia entre organismos administrativos para otorgar autorizaciones que han tardado mucho tiempo en llegar, fueron protagonistas en su momento de unas obras muy necesarias que su alcalde confía en que, después de superar los trámites de Confederación, el 2024 sea el año en el que puedan ver la reparación del puente. “Espero que en unos meses, los técnicos puedan darnos una respuesta positiva”, apunta.
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