ACEPCIONES DE LA PALABRA CRISIS

La palabra crisis, por desgracia, está de moda, y es obvio que quizás es el vocablo que más se oye y se lee en estos tiempos últimos. Aunque es cierto que pocas veces en la historia haya habido a la vez tantas cuestiones juntas en estado crítico, como ahora. Nos atrevemos a decir que el término crisis está empleado con profusión amplia definiendo causas que responden a su exacto significado en la actualidad.

Ricardo Gago Fernández. (Ourense)

Publicado: 22 oct 2011 - 09:50 Actualizado: 10 feb 2014 - 23:49

Si observamos las acepciones del vocablo en el diccionario de la RAE vemos que figuran las de 'mutación considerable que acaece en una enfermedad, ya sea para mejorarse o agravarse', así como la de 'momento decisivo de un negocio grave y de consecuencias importantes', entre otras; por ello es propio decir que tal o cual circunstancia está en crisis cuando se requiere necesariamente una modificación, replanteamiento o adaptación a nuevas necesidades económicas y sociales.

A lo largo de la historia ha habido épocas o periodos críticos. Valga recordar en nuestro país la crisis del 77 en la que la inflación alcanzó el 47%, con alto índice de paro y con tinte y consecuencias parecidas a la actual, con las diferencias de que nos había pillado tal vez más alerta por haber tenido cinco años antes (73), la anterior como consecuencia del alza del precio del petróleo; y además, los medios de comunicación tampoco la maximizaron en aquel momento. No vamos a negar que a día de hoy existen en el mundo muchos focos críticos; también las guerras, las hambrunas, las miserias lo son, pero esto ocurrirá siempre y seguramente cada vez con más frecuencia, por la simple razón de que avanzamos más deprisa en todo, aunque tenemos a favor que cada vez dispondríamos de más y mejores medios para encontrar soluciones.

La actualidad mundial pasa por momentos difíciles por ser varias cuestiones las que se encuentren verdaderamente en crisis, y de las cuales se deriva todo lo demás, las económicas y culturales entre las gentes, la creciente alza de precios de productos básicos y la recesión económica y productiva, que da lugar a inflación y desempleo. Hay que confiar en que todas ellas se vayan resolviendo favorablemente con voluntad político-económica, de manera que el futuro se defina con situaciones que, basadas en reformas y adaptaciones adecuadas, consolide un modus-vivendi normal, seguro y alejado de desagradables alteraciones, para desterrar esa odiada palabra: crisis.

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