Don Rosendo, salesiano sentido y querido

Amigas y amigos:

El pasado 31 de diciembre leímos una semblanza de don Rosendo Sendino Ortega en el obituario de La Región. Hoy queremos comunicar algunas declaraciones que se hicieron estos últimos días sobre su persona. El pasado 2 de enero tuvo lugar la misa de funeral en la iglesia de la parroquia salesiana de Vigo. Muchos familiares y amigos de Rosendo y un gran número de personas de la familia salesiana de Vigo participaron en la misa, que presidió el vicario inspectorial, don Samuel Segura. En la homilía Samuel destacó la gran sencillez, la perenne sonrisa y el acendrado amor a María Auxiliadora de Rosendo.

A petición de la familia salesiana de Allariz, el día 9 se celebró en la villa otra misa por Rosendo. La presidió don Eusebio Martínez, director de la casa salesiana de Ourense. Don Eusebio dijo que Rosendo fue ejemplar en la obediencia religiosa, en el trabajo salesiano, en la oración comunitaria, en el celo apostólico… “A Rosendo no se le veía (era bajo de estatura), ni se le oía (tenía una débil voz), pero en todos los sitios por donde pasó se le sentía y se le quería”, añadió.

Al finalizar esta misa, una persona, en nombre de toda la familia salesiana de la villa, leyó estas sentidas palabras: “Recordamos especialmente tu etapa en el Allariz de los años setenta, cuando fuiste el gran impulsor y fundador del Teleclub, el Equipo de Baloncesto, el Cine, el Teatro, la Cabalgata de Reyes, la Rondalla y un sinfín de actividades. Nos inculcaste una sana competición y nos enseñaste a convivir de modo alegre y responsable. Llevaste la fe a nuestras vidas. Tu dedicación y entrega a Allariz jamás serán olvidadas por aquellos niños a los que tú, sacerdote de alegre presencia y desbordante corazón, educaste en la amistad, el esfuerzo, la sana competición, la ilusión, el amor y la fe. Y te adaptaste a las nuevas tecnologías llegando, incluso cumplidos los 90, a crear una cuenta de Facebook y Whatsapp… Llenos de gratitud y cariño, nos despedimos de ti…”.

Amigas y amigos, Rosendo quería tanto a María Auxiliadora que al final de su vida pudo decir: “Ella, sí, lo ha hecho todo”. Y era tan fiel a Don Bosco que cantó, canta y nos invita a cantar: “¡Viva Juan Bosco!/ ¡Viva Juan Bosco!/ ¡Viva! ¡Yeah!/ ¡Viva tu sueño entre nosotros, viva!”.