Como Jimmy siempre en mi recuerdo

Publicado: 20 dic 2021 - 21:43

“Qué injusta, qué maldita; qué cabrona la muerte que no nos mata a nosotros si no a los que amamos” (Carlos Fuentes, excelso escritor mexicano).

Pocos sentimientos pueden equipararse al amor hacia un hijo. Ese amor se eleva a la categoría suprema si el sentimiento emana de una madre. Ella es la fuente que le ha dado vida. Cuando esa vida es cercenada en la edad más creativa del hijo un inmenso dolor se apodera de las entrañas maternas.

Nos aferramos a la idea de que nuestra muerte nos llegará mucho antes que la de nuestros hijos. Por ello no nos hacemos a la idea de que se dé todo lo contrario. Y cuando es así difícilmente podemos aceptarlo. Esa no aceptación de la realidad se viste de tristeza, de dolor. Ya solamente nos queda grabar, para siempre, en nuestra mente los recuerdos de los momentos vividos. Vivencias compartidas en los triunfos y en los fracasos sobrevenidos.

La noticia de la muerte de Jaime me ha conmocionado sobremanera. Estaba en la flor de la vida. Una vida creativa, por la que amaba a la enseñanza, y más que nada a la música. Afición que le contagiara su padre José Manuel Mateo, un almeriense enamorado de Galicia, que, también, se nos ha ido en el transcurso de este año. Vuelve a mi memoria cuando en vuestra casa, querida Raquel, Jimmy, con pocos años de edad, entonó el “coma mi nai, ningunha, que calentóu a cariña, co calorciño da súa”. Es que madre, sólo hay una, y para Jimmy como la suya, no había ninguna.

No encuentro palabras, Raquel, que alivien tu desconsuelo. Un desconsuelo que compartimos mi compañera Carmen y yo. Más has de saber, que Jimmy no ha muerto, pues, vivirá en nuestro recuerdo, en quienes le han conocido. Y una batería en sus manos acompañará a esos recuerdos. Unos recuerdos que no hay muerte que los impida, por muy cabrona que sea.

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