Los viejóvenes

Hablaba con mi querida amiga y editora Marta Viamonte sobre nuestro próximo cumpleaños porque lo celebramos ambos el mismo día, aunque yo lo llevo celebrando al menos 30 años más que ella, y surgió en la conversación la palabra “viejoven” a propósito de los 79 que voy a cumplir, una palabra que, para mi sorpresa, no es nueva.

Aunque no figura todavía en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua (RAE) es un acrónimo que se lleva utilizando con dos significados muy distintos: “persona anciana que se comporta y actúa como una joven” y “persona joven que se comporta y actúa como una anciana”.

Con el debido respeto a los ancianos que se comportan y actúan como personas jóvenes, y no tanto por los jóvenes que se comportan y actúan como personas ancianas, que ya les vale, se tiene la edad que cronológicamente le corresponde a cada uno, queramos o no. Por muy bien que uno se conserve, en apariencia, el ciclo vital es el que es, pero el que se siente joven lo será siempre en espíritu, el triste lo es toda la vida, y no hay más cera que la que arde.

Siempre he pensado que la mejor edad es la que se tiene, que hay que vivir con alegría y con la emoción de disfrutar y de saborear cada instante porque todo es efímero.