El colmo de 
la mala suerte

Un suceso, aparecido en la prensa, me ha impactado: "Un octogenario muere al caerle encima una mujer que se tiró desde un séptimo piso".

Parece probado que la mujer quería suicidarse, por sufrir una fuerte depresión. De momento, la mujer sigue viviendo, pero el hombre, que estaba tranquilamente sentado en un banco de la calle, seguro que no quería acabar con su vida de esa manera tan brutal e inesperada. Soñaría con morir de forma natural y sin sufrimientos, como deseamos la mayoría. Para colmo, la esposa del anciano presenció todo... En este hecho son, pues, tres los protagonistas: la mujer suicida, el anciano que estaba en la calle y la esposa de éste, que lo presencia. Son tres vidas rotas, en definitiva. En cuestión de segundos... ¡cómo puede cambiar todo!

La noticia nos podría hacer pensar en que ese señor tuvo "la mala suerte" de estar donde no debiera. Pero lo que nunca tendría que ocurrir es que hubiese personas, sumidas en la desesperación y en la enfermedad, dispuestas a acabar con su vida, tirándose de una ventana o de la forma que sea. Tras el terrible fallecimiento de este anciano está el sufrimiento de una mujer, todavía joven, que no ha sido ayudada -o no ha querido que la ayuden, quizás- a salir del profundo abismo en el que se encontraba.

Demasiado sufrimiento a nuestro alrededor. Intentemos evitar, en la medida de lo posible, que sucesos como éste se repitan.