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De entre los muchos servicios que la Administración Pública ofrece al ciudadano, cabe destacar el de Orientación Jurídica que, por ley, llevan los letrados inscritos en el turno de oficio; se trata de un beneficio a disposición de ciudadanos que, por tener ingresos inferiores o incursos en el salario mínimo interprofesional, puedan demandar o ser defendidos ,en cualquier proceso judicial, de modo gratuito.
La justicia es un derecho inalienable en todo país democrático que se precie y en sectores tan sensibles como sanidad, educación etc. Alguno, como la Sanidad Pública, goza de especiales ventajas sobre la privada, vistas las exigencias requeridas al personal que la practica, en cuanto a formación profesional y disponibilidad de medios para ejercerla; sinembargo, en el S.O.G. (acrónimo de servicio de orientación jurídica gratuito) o turno de oficio, las cosas no funcionan bien por discriminación absoluta, en sector tan necesario; y es así porque aun siendo un servicio muy necesario,por un caso determinado, la asistencia jurídica privada, cobra cantidades ingentes de dinero, en tanto que, por el mismo trabajo, tiempo y conocimientos invertidos en su proceso, el abogado designado al mismo por el turno de oficio, cobra una mísera cantidad de dinero que le paga el Estado... y eso condiciona al profesional, pese a que la ponderable deontología de la mayoría de ellos no establece diferencia alguna en su trabajo sea cual fuere el modo por el que se requieren sus servicios.
El turno de oficio, es un derecho que el Estado español, ofrece a los ciudadanos con poder económico limitado al salario mínimo interprofesional; en ningún caso puede considerarse limosna, pero sí verdadera heroicidad y ejemplo de pundonor y deontología profesional por parte de tantos profesionales que se inscriben en el turno de oficio, a sabiendas de que, han de resolver como Ley y Derecho indican... si bien, no pocas veces, la mayor compensación de estos profesionales, es conseguir el éxito de la causa a defender, de pago, o de oficio...
Por esta razón, solicitemos de las autoridades competentes, sea equiparable el presupuesto del letrado privado, al del letrado turnado. Y parece algo anacrónico e incomprensible, tamaña injusticia, precisamente, en sector tan necesario y, por estas trapalladas, demasiado lento por abarrote. Señor Ministro: medítelo y actúe.
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