Acevedo, gourmet del queso

La empresa familiar Quesos Feijoo, con 75 años de historia y raíz en Acevedo do Río (Celanova), conquista los paladares con su fórmula de artesanía, calidad y tradición. Un buen hacer que tiene su recompensa en certámenes internacionales como los que cerraban el año en Lyon (Francia) o los World Cheese Awards. “Isto conséguese traballando e sendo moi cabezón. Mirando como fan os que gañan e tratando de acercarse un pouco, sendo tenaz e tendo moi claro onde queres chegar. Obviamente, tes que traballar con boa materia prima e bos produtos”, describe Julio Alonso, la sexta generación al frente de esta empresa familiar que dio sus primeros pasos antes de la llegada de la luz a O Tellado, cuando Acevedo do Río era un ayuntamiento independiente de Celanova, y en una comarca que en los ochenta era puntera en el sector -con seis queserías- de las que hoy solo quedan ellos y A Montaña, en Entrimo.

“A maquinaria estaba, a tradición familiar e a forma de facer o queixo… Hai que dar unha volta, diferenciarse para subsistir”, dice Alonso

El binomio prueba-error es la base para, a partir de tres técnicas diferentes (pastas blandas, quesos de pasta semicocida prensada y quesos frescos), saquen al mercado con nota hasta 14 productos diferentes. “Se hoxe temos estes recoñecementos, é grazas a Julio. Sempre está investigando, pensando en cousas novas”, destaca Manuela Feijoo, que regenta un negocio en el que también trabaja su marido y un empleado, José Díaz. “Os premios non se compran, son o froito de moitas horas de traballo, de sacrificio”, añadía la matriarca de la familia mientras coloca las etiquetas de los prestigiosos World Cheese Awards, donde han competido y ganado, ante más de 4.000 quesos de todo el mundo. Los primeros catadores de estos quesos cinco estrellas son los clientes de toda la vida y que han ido descubriendo la gama de productos a partir del queso de barra o tetilla, los más consumidos en la zona. “Os primeiros catadores son os nosos clientes habituais. Eles son máis esixentes, si. De entrada son queixos aos que non están acostumados, porque aquí consómense dous ou tres tipos, pero a nota sempre é boa”, confiesa Julio Alonso, quien señala la temporada 2022/23 como un punto de inflexión para la empresa, tanto en reconocimientos como en ventas, estando presente actualmente en las principales plazas de Galicia y pequeñas tiendas de las cuatro provincias gallegas, Alicante, Madrid o Barcelona.

“Nos últimos anos, en Galicia empézanse a ver outro tipo de queixos, iso está moi ben porque abres o padal e o abanico do consumidor”, dice. Alonso, que estudió ingeniería técnica agrícola, especialidad en Industrias agroalimentarias, en Lugo, bromea al recordar que “cando estaba na universidade, sempre tiven a sensación de que estaba perdendo o tempo. De que o que eu estudaba non tiña nada que ver co que eu vía aquí”.

Caprigo

La capacidad de la bodega, de 40 metros cuadrados, es por el momento el único freno al crecimiento de Quesos Feijoo. Un ejemplo de que el relevo generacional es posible en el rural. “A maquinaria estaba, a tradición familiar e a forma de facer o queixo estaba… Hai que dar unha volta, diferenciarse para subsistir”, dice Julio Alonso, si bien reconoce que emprender en el rural no es fácil. “Si tivésemos que empezar de cero, isto sería inviable polo custo que ten todo”, dice.

En su afán de seguir mejorando la producción, desde hace unos meses, Quesos Feijoo participa en el estudio y puesta en valor de las producciones lecheras caprinas de la Aldea Modelo Xacebáns mediante el desarrollo de quesos blandos de temporada (100% leche de cabra). El proyecto Caprigo está coordinado por la Agencia Gallega de Calidad Alimentaria, con la colaboración, además de Quesos Feijoo, del Clúster Alimentario de Galicia, el ganadero de la aldea modelo de Xacebáns Maik Paladino y la Universidad de Vigo. “O obxectivo é poder chegar a producir o queixo Trisquel con leite de aquí”, concluía Julio Alonso.