Estrella Almeida, de 103 años, sobre la longevidad: “Sachar, cantar e caldo galego”

CENTENARIOS OURENSANOS

Terra de Celanova, al igual que Carballiño, O Ribeiro y Terra de Caldelas, conforman la “Okinawa” gallega. Este reportaje está protagonistado por Estrella Almeida y otros tres centarios de Ourense, que nos dan las que son para ellos las claves de su longevidad

Estrella Almeida, de 103 años.
Estrella Almeida, de 103 años.

Estrella Almeida acaba de cumplir 103 años y siempre ha vivido en Celanova. Nació en Rial, se casó en O Piñeiro y allí vivió toda su vida hasta que en 2018 ingresó en la residencia San Carlos de la villa de San Rosendo. Un triángulo que solo abandonó en una ocasión, cuando su marido enfermó y tuvieron que ir a Santiago de Compostela. “Non saíu ben”, comenta con gran tristeza la pérdida de su gran amor, cuando tenía 42 años, y con quien formó una gran familia con tres hijos, seis nietos y un bisnieto. “Belén, o meu dulce, está hoxe conmigo”, dice contenta de tener a una nieta trabajando en la residencia.

Trabajar al aire libre “moito, pero sen presión, comer o que elas mesmas cultivaban na horta de forma natural e o bo humor, a positividade, penso que son as claves para chegar a estas idades”, comenta Sonia Opazo, trabajadora social del centro que cuenta con dos centenarios y algunos más muy cerca de entrar en la centena.

A su edad, Estrella reconoce que duerme poco y come de todo. “Son de bo comer. Manuel, o noso cociñeiro, é o mellor. O que máis me gusta? O caldo galego”, subraya como una de las claves para cumplir 103 años. Pero también haber trabajado y disfrutado de la vida a partes iguales, cantando y bailando en cuantas verbenas había en el extrarradio celanovés “pero sempre tras facer o traballo na casa”, matiza. “Fun moi feliz”, comenta esta centenaria de rostro serio, pero con una gran conversación y quien solo protesta por la máquina de oxígeno que le condiciona la libertad (de movimientos) que siembre abanderó.

Misa por televisión

Ahora ha cambiado las tareas del campo y la fiesta por las clases de gimnasia y la misa en la televisión. “Eu, se podo, fago todo o que me din”, dice. Eso sí, sin dejar de cantar.

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