Un mar de bolsas para dejar limpio Montealegre

VOLUNTARIOS MEDIOAMBIENTALES

El tiempo respetó a los ecovigilantes, que fieles a su cita anual, acudieron al mediodía de ayer a la cima de Montealegre para dejar totalmente limpias de restos de los magostos del lunes sus laderas.

Dos ecovigilantes atan las bolsas recogidas con Baloo al fondo. | Foto: Sandra Iglesias
Dos ecovigilantes atan las bolsas recogidas con Baloo al fondo. | Foto: Sandra Iglesias

Aunque la jornada meteorológica se torció bien entrada la tarde, incluso con precipitaciones, fue condescendiente con estos voluntarios medioambientales cuya labor ha sido recientemente reconocida por la Diócesis de Ourense.

En total fueron una docena de alumnos del colegio Franciscanas los que acudieron a la llamada para contribuir con su tiempo libre y esfuerzo personal a retirar los restos de colillas, botellas de plástico y vidrio o cartones y envoltorios de papel. Ecourense surtió de material (guantes, bolsas y contenedores, que situó junto al Botánico)

Los voluntarios

“Me siento un poco avergonzado de ver toda esta cantidad de basura que se han dejado tirada aquí. Ya llevamos 20 bolsas recogidas y aún acabamos de empezar”, señala Gabriel Pena, alumno de segundo B de la ESO y uno de los ecovigilantes que participan en la jornada de limpieza, dirigidos por los profesores Gonzalo Sánchez Busons, Cristina Bravo y Pilar Corbal.

Busons apunta que, “junto a los 12 alumnos, hay otras siete personas que han venido también a ayudar y que fueron ecovigilantes hasta hace poco: Mario González, que ha venido de Santiago; Lucía Malingre, que está en el Portovello; Andrés Arjiz, de la Laboral, o Benjamín Diéguez, que estudia ahora Bachiller. Y también está Baloo, el perro de Luis, que está recogiendo también botellas y demás”.

Gabriel Pérez, otro de los participantes en la jornada, afirma que “nos encontramos más basura de la que esperábamos; sobre todo colillas y botellas de plástico”. Sara Ramos, con más experiencia en la materia -ya participó el año pasado- señala, sin embargo, que, aunque “el monte ha quedado muy mal, lleno de basura, sí es cierto que noto menos que el año pasado”. Es posible que los ecovigilantes estén afilando, por fin, conciencias cívicas.

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