Simone Saibene
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Médicos y especialistas sanitarios alertan de que más del 90% de menores de entre cuatro y diez años ya pasa más tiempo del recomendado delante de las pantallas, y han vuelto a advertir de que un uso excesivo provoca problemas en el desarrollo infantil, como defienden los promotores de la desdigitalización progresiva en las aulas. En este sentido, más del 80% de los especialistas ha detectado el incremento de enfermedades asociadas.
Son algunas de las conclusiones de un estudio presentado recientemente en Madrid por la Fundación Crecer Jugando y el Instituto Tecnológico del Producto Infantil y del Ocio.
En dicha presentación, el coordinador del departamento de Investigación Infantil y valores educativos de AIJU, Pablo Busó, advertía de que “se puede afirmar que España es una realidad apantallada a nivel de infancia”. Además, ha alertado del impacto de estos datos en “consecuencias médicas reales: problemas de sueño, miopía, ansiedad, sobrepeso, dificultades de atención”. “Los padres no saben a quién acudir, no tienen claro si deben ir al pediatra, al psicólogo o al neurólogo”, ha postulado Busó.
“...el juego libre es el antídoto natural” frente al uso indiscriminado de pantallas y ha reclamado que se recupere el espacio lúdico tradicional como herramienta para el desarrollo emocional, cognitivo y social
El informe refleja la opinión de más de 60 profesionales de la salud -entre los que figuran pediatras, psiquiatras, neurólogos, oftalmólogos y nutricionistas-, así como 334 familias con hijos de entre 0 a 17 años durante un periodo de tres años.
El 95% de médicos encuestados relaciona esta sobreexposición con patologías como trastornos del sueño, ansiedad, sobrepeso, déficit de atención, miopía precoz y problemas de socialización, y subrayan que los menores no deben consumir pantallas antes de los 4 años y, a partir de esa edad, el incremento debe ser muy gradual.
En concreto, limitan el tiempo frente a pantallas a un máximo de 20 minutos diarios para niños de 4 a 6 años, 40 minutos para los de 7 a 9, y una hora para los de 10 a 12. No obstante, el 98% de los menores entre 10 y 12 años ya supera ese tiempo. Sin embargo, para los menores de 4 años, la recomendación es de cero minutos frente a las pantallas.
Hay “un aumento preocupante de trastornos de la conducta alimentaria, autolesiones y ansiedad en menores, en gran parte por la exposición a redes sociales sin supervisión”
Además, el estudio revela que, en 2025, el 91% de los niños entre 1 y 12 años superan el tiempo recomendado de exposición, frente al 75% en 2023, mientras que, en los grupos de 4 a 9 años, hasta el 98% están sobreexpuestos.
Como indicada la directora de comunicación de la Fundación Crecer Jugando, Maite Francés, “los niños no deberían estar frente a pantallas antes de los cuatro años, debido a que su cerebro está en pleno desarrollo y necesita estímulos tridimensionales, no bidimensionales”.
Por ello, ha argumentado que “el juego libre es el antídoto natural” frente al uso indiscriminado de pantallas y ha reclamado que se recupere el espacio lúdico tradicional como herramienta para el desarrollo emocional, cognitivo y social. “El juego libre está siendo desplazado por pantallas, y con ello se pierde una herramienta esencial para el desarrollo saludable”, ha lamentado.
Por otra parte, el estudio también indica que, aunque el 96% de las familias han manifestado establecer normas en el uso de las pantallas, un 71% de los encuestados reconoce que tienen dificultades para mantener la disciplina y el control en los tiempos.
El uso sin control provoca en los menores problemas de sueño, miopía, ansiedad o de sobrepeso
Entre los principales motivos que dificultan el mantenimiento de normas sobre el uso de pantallas, el 41% de los padres reconoce que las utilizan como herramienta para gestionar el día a día (como en momentos de comida, trabajo o descanso), mientras que un 37% admite no poder supervisar siempre el tiempo que sus hijos pasan frente a ellas. También influyen las reacciones negativas de los niños al limitar su uso, la presión social del entorno y la falta de criterios comunes entre los adultos del hogar.
A pesar de ello, el 86% de las familias participantes en el estudio ha admitido que nunca han llevado a su hijo a un especialista por el uso de pantallas y su posible impacto en la salud, frente a un 14% que sí que ha consultado a profesionales.
En la presentación del estudio, los profesionales advirtieron que es “urgente” una estrategia de prevención multidisciplinar. “La tecnología no es el problema, sino cómo, cuándo y para qué se usa”, señalaba al respecto la psiquiatra infantil y de la adolescencia en el Hospital Niño Jesús, Beatriz Martínez Núñez.
Asimismo, denunciaba que hay “un aumento preocupante de trastornos de la conducta alimentaria, autolesiones y ansiedad en menores, en gran parte por la exposición a redes sociales sin supervisión”. “Dejar a un niño una hora sólo con internet puede ser como soltarlo una hora en un entorno salvaje”, declaraba la especialista.
Además de alertar sobre los riesgos del contenido no supervisado -como el acceso precoz a pornografía o la influencia de comunidades virtuales tóxicas-, los expertos han propuesto otras medidas como campañas de concienciación, educación digital desde edades tempranas, formación a padres y educadores, y legislación más estricta sobre el acceso infantil a dispositivos y contenidos online.
Para proteger tanto a menores como a adultos, desde el año 2024, todas las plataformas digitales de Europa deben cumplir la Ley de Servicios Digitales, un conjunto de normas de ámbito comunitario cuyo objetivo es crear un entorno en línea más seguro.
La prohibición de los móviles en los centros educativos ha llegado a todas las comunidades autónomas españolas y a falta de resultados cuantitativos muchas consejerías de Educación inciden en que la convivencia ha mejorado y hay menos incidencias por ciberacoso. La mayoría reguló el uso de móviles entre enero y febrero de 2024, a los pocos meses de la recomendación que hizo el Ejecutivo, pero hay otras como Castilla y León que lleva desde el año 2007 vetando estos dispositivos en las aulas. Castilla-La Mancha también lo impidió en 2014, con un conjunto de medidas orientadas a evitar su uso en espacios escolares.
En un entorno más cercano, en Galicia, los móviles están prohibidos en los colegios desde enero de 2024. Coincidiendo con la vuelta al colegio tras las vacaciones de Navidad, entraba entonces en vigor el nuevo protocolo de la Xunta de Galicia para regular el uso de los móviles en los centros educativos de Galicia. Con la modificación del plan, que estaba vigente desde 2015 en el interior de las aulas en todos los centros educativos de Galicia, la prohibición de su uso se ampliaba a la totalidad de la jornada escolar.
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