Gozadores que registran el pasado

UNA VIDA DE COLECCIÓN

La RAE define al coleccionista como “persona que reúne y cataloga objetos vinculados a un tema”. Don Vicente Risco los llamó “gozadores de la vida”, alguno le dio categoría de arqueólogos del pasado y socialmente no dejan de ser unos tipos un poco raros a los que les da por reunir objetos. Pero, sin duda, hay que distinguir entre un coleccionista y un acumulador de objetos más o menos antiguos y raros.

El coleccionismo
El coleccionismo | La Región

Algunos llegan al coleccionismo llevados por la vida misma, es el caso de los que reúnen objetos relacionados con su profesión.Otros llegan porque encuentran cierta fascinación en la estética, la utilidad o incluso la fealdad de los objetos coleccionados y muchos no tienen una explicación lógica para defender el porqué ese tema y no otro. Hay quien se gasta bastante dinero en la obtención de sus objetos y quien pone límites al coste de las piezas. Los más sensatos limitan la época objeto de sus deseos al ver lo extensa que puede llegar a ser su colección. Hay quien la tiene catalogada, ordenada y cuidada y quien se limita a meterlos en un cajón según van llegando. Lo más difícil para un coleccionista al llegar a una determinada edad, es decidir el futuro de las piezas con las que disfruto durante años e incluso en las que invirtió dinero. Los hijos no se hacen cargo, sobre todo, cuando se trata de piezas grandes, y las instituciones no siempre asumen el regalo que le hacen. En esta provincia, varios museos locales tuvieron su origen en la colección de un vecino, unas veces porque el Ayuntamiento se hace cargo bien por compra o por donación generosa del coleccionista.

Colección de botellas de agua de Expourense. José Paz
Colección de botellas de agua de Expourense. José Paz | José Paz

En esta sección que se inicia hoy, se pone la atención en colecciones poco frecuentes, originales y hasta un tanto raras sin importar mucho lo numerosa que sean. En esta ocasión no se incluyen colecciones de arte ni de sellos, por ejemplo.

En Ourense, contamos con algunas colecciones especialmente valiosas por su interés universal o local, por ejemplo la magnífica colección de insectos donada recientemente al Centro de Investigación Forestal de Galicia en Lourizán (Pontevedra), la no menos etnográficamente valiosa de ruedas de afilar, una de ediciones del Quijote y otra de cartografía de Galicia. Alguna de estas no aparecerán aquí, no por falta de interés sino por diversas circunstancias.

Casi todas podrían formar parte de un curioso y divertido museo de la ciudad tan necesitada de museos. Casi todos los grandes museos del mundo tuvieron su origen en una colección. Sería una pena que el futuro de muchas de estas colecciones fuera la dispersión de sus componentes. Que alguien se lo piense y tome medidas.

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