Mayo nos recibe con 70 fiestas gastronómicas y tiempo lluvioso

La lluvia con la que nos recibe mayo no aguará ni las ferias del vino ni el resto de las fiestas gastronómicas que hasta un total de setenta se desarrollarán a lo largo del mes. Este primer fin de semana, Ribadavia brilla con su sexagésimo segunda feria del vino del Ribeiro en la que 25 bodegas presentan los vinos de la nueva añada mientras se desarrollan catas, talleres de cocina y otras actividades. En Pobra de Brollón celebran durante el mismo fin de semana la Feira do Viño de Vilachá, una parroquia de este municipio lucense que destaca por sus bodegas centenarias y sus furanchos.

Las citas con el vino no acaban el domingo. El fin de semana siguiente tiene lugar en Pantón la Mostra dos Viños da Ribeira Sacra que alcanza este año su trigésima edición. Ese segundo fin de semana es el más animado en cuanto a número y variedad de convocatorias, pues al vino de Pantón hay que añadir el vino de Vilaboa, la fiesta del Salmón en A Estrada (51 edición), la del Choco en Redondela (38), el Melindre de Melide (33), el Pan de Carral (21) entre las más veteranas y la del Xabarín de Picoña en Salceda de Caselas. En todas ellas el plato fuerte es la degustación del producto al que rinden homenaje. En A Estrada, a falta de salmones de río, la materia prima es de piscifactoría. En cambio en Redondela el choco es producto local, pescado en la ensenada de San Simón donde la cofradía de pescadores de esta villa crea un ecosistema peculiar a base de ramas de pino para que este cefalópodo pueda criar con comodidad. Lo mismo sucede con el melindre que es elaborado en los obradores de las dulcerías de Melide y en Picoña la degustación de carne de jabalí se presenta en empanada, hamburguesas, oreja y otras especialidades.

El último fin de semana Vila de Cruces protagoniza la última de las fiestas gastronómicas de interés turístico gallego, la del gallo de corral. Pero a ella hay que añadir un repertorio que incluye truchas, callos, codillos, raya, pulpo y otras viandas.