Un total 1.200 aragoneses del exterior celebraron en Calatayud el XLVI Encuentro de Comunidades

Calatayud se convirtió el pasado fin de semana en la capital de la aragonesidad dispersa, en XLVI Encuentro de Comunidades Aragonesas en el Exterior, una cita que reunió a unas 1.200 personas procedentes de unas treinta ciudades de toda España, donde existen Casas y Centros Aragoneses.

La programación arrancó con una conferencia a cargo del historiador y escritor José Antonio Adell Castán, quien fue también homenajeado por su labor cultural. Durante todo el fin de semana, se celebraron visitas turísticas guiadas, actuaciones de grupos de jotas de toda España, una ronda jotera, y una ofrenda de flores y frutos en la Iglesia de San Juan el Real.

Uno de los momentos más solemnes tuvo lugar el sábado, con la entrega de las medallas ‘Aragoneses de Mérito’ en la Iglesia de San Pedro de los Francos, un espacio de gran carga simbólica para Aragón y para la ciudad de Calatayud. En esta edición fueron reconocidos la Hermandad del Refugio (categoría Social), el jotero Nacho del Río (categoría Artes) y el deportista Pablo Abián (categoría Deportes).

El Recinto Ferial fue uno de los principales escenarios del encuentro con la celebración de un festival folclórico el sábado por la tarde y el domingo por la mañana. Además se organizó una verbena nocturna el sábado, y la comida de hermandad del domingo que sirvió de cierre a las actividades antes del regreso de los asistentes a sus lugares de origen.

El presidente de la Federación, José Antonio Lázaro, puso el foco en la necesidad de seguir atrayendo a nuevas generaciones, muchos de ellos nietos e hijos de emigrantes aragoneses.

“Estamos muy ilusionados porque creemos que es una oportunidad para conocer Calatayud y nos interesa sobremanera que los bilbilitanos disfruten junto a nosotros de lo que preparamos con mimo y detalle”, manifestó Lázaro. Por su parte, el alcalde de la ciudad agradeció que se eligiera Calatayud como sede del encuentro y aseguró a los visitantes que comprobarían la hospitalidad local y los atractivos patrimoniales de la ciudad.

El encuentro completó la ocupación hotelera y de albergues en Calatayud y su entorno. Desde el Ayuntamiento se organizaron rutas turísticas para convertir a los asistentes en embajadores de Calatayud en sus lugares de residencia.