El turismo de esquí oxigena la economía de Manzaneda en temporada baja

“Año de nieves, año de bienes”, y nunca mejor dicho, porque la Estación de Esquí de Manzaneda oxigena la economía de una amplia zona de su entorno, que se extiende igualmente a los negocios de las principales carreteras de acceso desde distintos lugares de la geografía gallega, de provincias limítrofes y de Portugal.

Los beneficiarios directos son los establecimientos de hostelería como restaurantes, bares, hoteles, hostales o casas rurales, estaciones de servicio y también tiendas que surten a los que viajan en autocaravanas o se instalan en apartamentos. Cuando hay nieve y funcionan todas las pistas o al menos la mayoría, la afluencia de esquiadores y familias se nota en lugares de los entornos de Esgos, Parada do Sil, Castro Caldelas y Trives, por un lado; la comarca de Valdeorras, por otro, sobre todo A Rúa, a donde llegan, por su proximidad, los usuarios de la Estación cuando se agotan las plazas de alojamiento, al mismo tiempo que recibe a los procedentes de sitios como Ponferrada o Lugo; hasta alcanzar el radio de influencia a zonas más lejanas como A Gudiña, por donde pasan los portugueses desde Braga, Porto o Chaves.

Negocios

“Aquí no se quedan a comer o dormir, pero sí a desayunar cuando van cara a la estación y a merendar a la vuelta. Ayer mismo, llegaron dos autobuses desde Portugal y pararon para desayunar, así que cuando hay nieve y funciona también nos beneficiamos”, explica José Bruma, del Restaurante-Hotel Bruma de A Gudiña.

Montse Rodríguez regenta el Pazo do Castro, en O Barco de Valdeorras, y señala que “A Rúa acoge más gente, cuando se agotan las plazas de alojamiento, porque está más cerca, pero en general siempre vienen algunos a dormir o comer. Cuando la estación está abierta es bueno para todos, aunque la mayoría de los usuarios se queda en Manzaneda, Trives o Castro Caldelas, pero si nieva varios días se agotan las plazas y se desplazan hasta Valdeorras, incluso mucha gente a la ciudad de Ourense”.

Los beneficiarios directos son los establecimientos de hostelería, pero también estaciones de servicio y tiendas

Desde la Estación de Servicio de Lentellais (OU-636), en O Bolo, Brais Álvarez se aventura a decir que “cuando está a pleno rendimiento se nota muchísimo en toda esta zona. Hay un importante incremento de clientes, que aquí en la gasolinera puede ser en torno a un 20% más. También hay gente que para por aquí para comer”.

Chabeli Fernández de Chabeli Beach, en Chandrexa de Queixa: “Nós damos comidas sen parar ata as 6 da tarde. Os esquiadores aproveitan todo o tempo ata que pecha e logo veñen a comer. Nós seguimos coa cociña aberta para darlle de comer sen parar”. En la misma línea, Iago Rodríguez, del hotel Casa de Caldelas, en Castro Caldelas: “Que haxa neve, nós sempre o notamos, aquí temos moito turismo de Ribeira Sacra, pero nesta época o turismo da neve é o que enche a fin de semana. Notámolo en todo, en hospedaxe, nos bares e tamen na venta de bicas”.

Alcaldes

Óscar Diéguez, alcalde de Montederramo, afirma que “aquí nótase moitísimo, son moitos os que van por Montederramo cara a estación e aínda que non temos restaurantes, nos bares nótase moitísimo e os sitios de hospedaxe tamén se enchen”. 

La alcaldesa de Trives, Patricia Domínguez, califica la Estación como “uno de los principales motores económicos y turísticos tanto de la villa como de la comarca. Cuando las condiciones climatológicas son propicias para la práctica del esquí y hay nieve, hay muchísima gente que viene de toda Galicia y de otros puntos de España y norte de Portugal y esto supone un movimiento importante para la economía, fundamentalmente para la hostelería en el ámbito turístico, pero también para supermercados, en definitiva, para todo el comercio de la villa”.

Trives cuenta con aproximadamente 300 plazas de alojamiento y la Estación de Montaña dispone de 34 apartamentos con baño y cocina. Además, hay dos albergues, el Bibei, con 88 plazas, y el Queixa, con 66. Cuando hay nieve, la ocupación está garantizada al 100% y los visitantes se ven obligados a buscar alojamiento y restaurantes en otros concellos.