Chófer de la hija de Pablo Milanés

En la recepción de los hoteles ya no pueden avisar por teléfono a un huésped de que lo están esperando en cafetería, ni siquiera pueden confirmar que está alojado por la ley de protección de datos. El encargo era recoger a la compositora e intérprete cubana Haydée Milanés, hija de Pablo Milanés, para acompañarla a una entrevista y a la recepción con la alcaldesa de A Coruña, Inés Rey, en María Pita por los vínculos del cantautor con la ciudad en la que en 2014 fue trasplantado con el riñón donado por su mujer, la historiadora Nancy Pérez, natural de Mazaricos.

Uno de los dos policías locales que custodiaban la entrada de María Pita le confesó a Haydée su admiración por Pablo Milanés “eternamente” y con sensibilidad de músico.

“Es un trabajo apropiado para el chófer de anécdotas, seguro que algo saca aunque por una vez no tenga que tomar nota”, había bromeado el colega de la agencia de comunicación que pedía el favor para no descuadernar su agenda. Un mensaje a Alejandro, pareja y mánager de Haydée, resolvió el contratiempo antes de que peligrase la puntualidad y la promoción de una artista en gira. Había actuado en Madrid y Barcelona y al día siguiente ofrecía en la sala Garufa el espectáculo “A mi manera” en el que repasa clásicos cubanos y repertorio paterno. Alma cubana y espíritu de jazz, juzga la crítica, acompañada de Javier Colina y Luis Guerra.

Uno de los dos policías locales que custodiaban la entrada de María Pita le confesó a Haydée su admiración por Pablo Milanés “eternamente” y con sensibilidad de músico. “Vaya con el policía, también es guitarrista”, comentaría camino del hotel mientras recordaba que consiguió que el padre recuperase la guitarra para acompañarla en un disco.

El encuentro con la alcaldesa fue de bolero. Por el exilio de Haydée en carne viva, dejando a una madre en La Habana para criar una hija con Alejandro en Miami; por “el miedo que sigue imponiendo la anciana figura de Raúl Castro 66 años después”; también por la decepción de una generación como la de la alcaldesa que creció escuchando a Pablo y a Silvio Rodríguez” . Y por una anécdota contada por la regidora al hilo de la emigración gallega a la isla. Uno de sus antepasados era un cubano disfrutón que escapó de una maceta en la cabeza en La Habana para acabar recibiéndola en las escaleras de una vivienda coruñesa. Haydée vio canción, el chófer columna.