Francisco Lorenzo Amil
TRIBUNA
Lotería y Navidad... como antaño
Ya saben la noticia. El Congreso de los Diputados pasará a denominarse, simple y llanamente, sólo “el Congreso”, tras la reforma aprobada y donde el nuevo reglamento será redactado de “forma inclusiva y suprimiendo el masculino genérico”. Evidentemente, algo primordial, dicho cambio de tal nomenclatura no se trasladará a la fachada del edificio ni a la Constitución.
Es obvio que la fachada de dicho edificio, seguirá constando las letras “Congreso de los Diputados”-por supuesto, sin nada de Diputadas), dado que forma parte de un “conjunto protegido como Bien de Interés Cultural” y por ello, cualquier cambio, necesitaría la autorización de las instituciones de Patrimonio Histórico. Y todavía más, tampoco se modificará el nombre en la Constitución, dado que ello conllevaría una necesaria reforma constitucional.
Una novedad fundamental del Reglamento se refiere a la supresión del masculino genérico no solamente en cuando al nombre sino incluso respecto al propio texto. De esa manera se desdoblarán ambos géneros como que “los diputados y las diputadas”, mientras que la expresión “Congreso” no llevará coletilla, con la idea de no extender el nombre de la institución.
Claro que esta reforma, promovida por el PSOE y Sumar, únicamente cuenta con la oposición del PP, VOX y UPN, dado que este cambio es innecesario y que su redacción será “equívoca y farragosa”. El resto de los grupos parlamentarios han respaldado dicha proposición y apelando por el cambio de denominación del Congreso de los Diputados para adaptar al lenguaje inclusivo y erradicar el sexismo.
Esta reforma abarcará exclusivamente al texto reglamentario y que visualizará la diferencia entre hombres y mujeres, mencionando a “diputadas y diputados” en lugar del habitual masculino genérico, o la presidencia, vicepresidencia y secretarías sustituyendo el término presidente, vicepresidente y secretario. Además, también se distinguirá entre “el rey o la reina” y “el presidente o presidenta del Gobierno”, aunque tales modificaciones no incluirán aparejado ningún cambio en el nombre de la institución que continuará denominándose Congreso de los Diputados, tal y como contempla la Constitución.
Por cierto, lo que ha causado más polémica ha sido la modificación del artículo 98 para crear un Consejo Consultivo y regular la concesión y prórroga de las acreditaciones de prensa con el claro objetivo de “poder sancionar e incluso retirar la acreditación a periodistas que incumplan las normas de respeto, no grabación en determinados espacios o que se salten los turnos en las ruedas de prensa”. Claramente, este debate se produjo después de varios dimes y diretes. El Partido Popular fue especialmente crítico con dicha reforma y considera que el Gobierno “está tratando de aplicar un veto preventivo a periodistas no afines”. Ahora mismo, el balón está en el alero, como suele decirse.
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