Corazones varios

Hay corazones de piedra, de arena, de viento, de fuego y agua. Hay corazones que no sienten, apáticos, duros, blandos, y vacíos. Los hay de oro, de plata, de plomo, y de hojalata. Hay corazones para todos los gustos, días y circunstancias. No se ven a simple vista, pero a la larga se conocen y se les puede catalogar y hacer con ellos un muestrario con marca y número. Los hay estables e inestables, de hielo, bruscos, finos, y elegantes, y todos ellos están expuestos en el mercado en el que se hacen todas las transacciones. Los hay de colores distintos, jaspeados, y sin color. Los hay parados, de los que laten al tuntún, los hay rápidos y enérgicos, y los hay que tardan en funcionar. También los hay secos, y los que lloran ante una desgracia. Los despiadados, los que hacen el bien y los que agradecen.

¿Cómo será el corazón de Mel Gibson? Califíquelo usted, querido lector

En este punto recuerdo una hermosa anécdota, una de esas que te reconcilian con la vida, y con el ser humano. Fue algo así como ver y oír a un corazón abierto en vivo. El caso concierne a dos de los más afamados y mejores actores estadounidenses, y de los que hemos podido disfrutar de muchos de sus trabajos, tan célebres como sus personas. Pues bien, uno de ellos, nos referimos a Robert Downey Jr., en un acto en el que se le entregaba un premio, confesó públicamente, conmovido, cómo en una fase pasada de su desordenaba vida, en la que se encontrada absolutamente solo, despreciado, sin nadie que le quisiera dar trabajo, y que se hundía sin remedio física y moralmente en la sombra más oscura, alguien le había salvado. Alguien le había tendido la mano y le había sacado de aquel pozo en el que se hallaba, y del que ya era casi imposible salir.

Y salió. Salió, gracias a quien que le ayudó en todo, le alentó e insufló la fuerza necesaria para volver a rehacerse a sí mismo. El benefactor no era otro que Mel Gibson, conocido y admirado. Después ¿qué le pidió Mel a Robert, a cambio de tanto bien? Pues solamente que Robert ayudase también a quien lo necesitara. Nada más. No es la primera vez que Mel Gibson es citado como buena y generosa persona, luchador por la justicia y comprometido a pesar de los riesgos, en su batalla particular, por la erradicación del tráfico de niños que se lleva a cabo en el mundo, y que al parecer a muy pocos importa. ¿Cómo será el corazón de Mel Gibson? Califíquelo usted, querido lector.