Cosas que no convienen | Los eólicos

Publicado: 23 feb 2025 - 02:09

@txarka.ilustracion
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  1. Matan a dios. En la cima de cada monte, todas las culturas lo saben, habita dios. Allí está lo sagrado, lo incomprensible. Apenas se permite a su custodio, la fiera, y no deben acceder los hombres. Así ha sido siempre desde la noche de los tiempos hasta que las corporaciones han decidido sacrificar lo que quedaba para producir algún megavatio.
  2. Acaban con el silencio. Las cumbres deberían permanecer silenciosas, lejos del atrolondamiento general de los humanos. Cápsulas de silencio. Reservas de cordura. Quien ve dinero en la inocencia de la montaña y permite el estruendo marcial de estas aspas del diablo tiene degradado el corazón.
  3. Conquistan las alturas. Las manifestaciones y las protestas fracasarán. A nadie le importa que mueran aves o se roben las cumbres. La montaña es un territorio de sacrificio. Lo que importa es tranquilizar a esta sociedad del derroche y su engañifa de economía ecológica. Se trata de seguir consumiendo como bestias pero con fibras recicladas y produciendo compost.
  4. Roban el horizonte. La visión de las sierras y montañas, que es una visión divina, se trunca por esta distopía de molinillos girantes, inútiles y desafiadores. Los eólicos encarnan la peor versión de esta pesadilla civilizatoria.
  5. Polígonos en las alturas. El territorio salvaje se convierte en territorio industrial. Las montañas dejan de ser sanatorios para el alma y se convierten en terreno productivo. Cuando no queden lugares indomesticados no habrá a donde huir.
  6. Luces insoportables. La tragedia eólica no sólo sucede durante el día. Cuando se va el sol, la oscuridad fraternal de la montaña se llena de estúpidos destellos que estresan a las criaturas de la noche.
  7. Desmontes brutales. Para instalar estas moles de fibra y hormigón no sólo se rompen las cumbres. También se tala la masa forestal y se abren caminos para los terribles bulldozers y se salpimenta el horror con torres de alta tensión para llevarse la poca luz generada.
  8. Basura en las cumbres. Consuela pensar que apenas somos un rasguño en el paisaje. Cuando los aerogeneradores dejen de funcionar, con o sin humanos en el planeta, estos entes se degradarán hasta que la piel de la montaña vuelva a estar libre de parásitos.
  9. Son una mentira. Nadie se atreve a decir que asesinar montes y montañas no forma parte de ninguna solución civilizatoria, sino una huida como pollos sin cabeza. La energía “limpia” no será nunca capaz de curar la enfermedad real del hombre, que es el ansia por tener. El mundo no se salva consumiendo.
  10. Una tragedia inútil. Ni llenando el planeta entero de estos monstruos sería suficiente. Se necesitaría un molino eólico cada metro cuadrado para producir la energía que se consume actualmente. Sálvese quien pueda.

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