Despedida a la generación 2007

“No te rindas, por favor no cedas, aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se esconda y se calle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños, porque cada día es un comienzo nuevo, porque esta es la hora y el mejor momento”.

(Mario Benedetti).

Aprovechad cada minuto, cada hora de vuestras vidas, regalaros tiempo de vida.

Estos días las comunidades de profesores despedimos en nuestros centros educativos a miles de alumnos que componen la generación del 2007, adolescentes cargados de vitalidad y talento con una vida llena de sueños. Sois el presente y futuro del desarrollo de nuestro país, pero sobre todo de la convivencia armónica y sostenible.

El camino que comenzáis está lleno de posibilidades, nuestra misión ha consistido en dotaros de herramientas para afrontarlo con determinación, esfuerzo y compromiso. Y es que, “educar” supone guiar y nutrir vuestros conocimientos, actitudes, valores y emociones.

En estos últimos atributos encontrareis la base y principales diferencias del buen trabajador y ciudadano del 2050.

Somos conscientes que la inteligencia artificial inundará nuestras vidas y posiblemente la llegada de otras tecnologías disruptivas sigan provocando cambios estructurales y relacionales profundos, pero en medio de tanta incertidumbre siempre habrá tiempo para la certeza.

En el libro Preparados para un mundo global (2016), el profesor Castro nos indica algunas de las habilidades que debiésemos adquirir para enfrentarnos con éxito al nuevo mundo. Así, la flexibilidad, la adaptación a los cambios, el pensamiento crítico o la empatía nos capacitarán para la llegada de problemas como: microorganismos, “fake news”, o un apagón en el servicio eléctrico, por nombrar algunos de los más recientes.

Hemos aprendido que la vida no se comporta en parámetros lineales y que los desafíos de las próximas generaciones no son los mismos que los de las anteriores.

Aquellos que decidáis ser buenas personas, ayudar, respetar a los demás, esforzaros sin límites, tendréis valores muy similares a los de nuestros abuelos de la postguerra. En aquel contexto aplicaron valores y actitudes más que conocimientos para alcanzar sus sueños porque no dudéis que jamás se rindieron.

Tenéis la posibilidad de adquirir competencias específicas para vuestro desempeño profesional y de mezclarlas con habilidades emocionales y valores.

Este es vuestro momento, escuchad la voz de vuestra esencia la que os acompañará siempre y os hará brillar. Esa que no tiene filtros, ni máscara social, ese universo interior que algunos llamamos intuición y que las máquinas no podrán sustituir.

Ni las características de la sociedad líquida (Bauman, 1999) basadas en el consumo, vínculos frágiles, individualismo o incluso en satisfacer lo que los demás esperan de ti, puede ocupar vuestro verdadero interior, no lo traiciones, haced que fluyan vuestras emociones, ahí estará la plenitud.

Acompañar a un amigo que está triste, disfrutar de una reunión en familia, correr por la montaña o meditar son experiencias únicas que nos hacen felices.

Vivir ligero de equipaje fue una de las últimas recomendaciones que el expresidente uruguayo, Múgica nos trasladó previo a su fallecimiento y finalmente nos dijo: “la vida se escapa minuto a minuto y no podemos ir al supermercado a comprar vida”.

Aprovechad cada minuto, cada hora de vuestras vidas, regalaros tiempo de vida.

Sed felices.