Una divertida historia de conservas y gatos

historias de un sentimental

Publicado: 16 sep 2025 - 04:40

El trabajo artesanal de las viejas conserveras.
El trabajo artesanal de las viejas conserveras.

Ando estos días ando revisando mis archivos a fin de montar el original de mis memorias de medio siglo de periodismo en prensa y radio, recuperando los episodios que me parece más interesante evocar y que puedan tener interés para el lector. Conservo bien dispuestos mis archivos, donde debidamente ordenados guardo los recortes de cuanto escribí en prensa, aparte de un archivo sonoro de mi etapa en la radio, digitalizado, del que deposité en el Arquivo Sonoro de Galicia, aparte de un buen fondo fotográfico de diversas épocas y acontecimientos, entre ellos lo que me donó Angel Llanos, cuyos fondos se encuentran en el Arquivo Etnolóxico de Ribadavia.

Se confiaba mucho que esta operación de marketing promocional resultara especialmente exitosa en aquellas localidades con fuertes colectivos hispanos

Estos días, al recuperar esos viejos papeles, me he vuelto a reír recordando una de las más divertidas historias de aquellos lejanos días. Del 26 de octubre al 12 de noviembre de 1975, una misión de la Unión de Fabricantes de Conservas de Galicia llevó a cabo una ambiciosa misión de promoción de nuestras conservas. Previamente, se celebró una conferencia de prensa donde se nos contaron los grandes objetivos de aquella misión que iba a desarrollarse en San Juan de Puerto Rico, Miami, San Francisco, Nueva York y Chicago. Se confiaba mucho que esta operación de marketing promocional resultara especialmente exitosa en aquellas localidades con fuertes colectivos hispanos. Cada una de las marcas participantes acudió con sus propios productos con la misma presentación y logos con que circulaban en el mercado nacional. Y en torno a esto se produjo una curiosa anécdota que dio al traste a los grandes objetivos de aquella campaña.

Los expertos en marketing sugirieron que, en lugar de acudir cada empresa con su marca, todas las conserveras presentaran su producto de forma global, creando para ello un logo identificativo que identificara en conjunto a las conservas de Galicia. Se insistió mucho en ello, pero no hicieron caso. Una de las más conocidas marcas, de enorme calidad, por cierto, presentaba en su imagen figuraban varios gatos al lado de una lata de sardinas. Y ello provocó un efecto inesperado. Al presentar los paneles con las diversas marcas, el público norteamericano, al observar los gatos, pensó que el producto no era para el consumo humano, sino para felinos. Y ello tuvo repercusiones inesperadas. En este caso, dado que era una marca conocida y estimada por el consumidor nacional, hubo un fallo elemental en la campaña de promoción, que hubiera aclarado al norteamericano medio del producto.

Aquella misión conservera, recuerden que estamos en 1975, lo que coincidiría por cierto con el final del proceso de la vida de Franco, estaba patrocinada por el Ministerio de Comercio y en la misma se pusieron todos los medios disponibles. En todos los puntos del destino existían agencias de importación de las conservas gallegas, por lo que las expectativas del mercado eran enormes. La cuestión era extender al gran público en general el consumo de estos productos. De ahí que los expertos consideraron que todas las conservas deberían haberse agrupado bajo una marca general y un logo identificativo.

Yo fui uno de los periodistas que estuvo presente en una conferencia de prensa en la Delegación Regional del Ministerio de Comercio, cuyo titular era don Juan Renard de Oliver, a quien recordamos con afecto todos quienes lo tratamos. Se nos explicó entonces que, dado los elevados consumos de conservas del norteamericano medio, colocar en aquel mercado las de pescado de Galicia presentaba sobre el papel una enorme expectativa de éxito. Recuerdo, ojeando mis viejas notas que se nos explicó que el mercado americano era especialmente apetecible, ya que USA encabezaba el ranking importador de productos pesqueros -pescado, crustáceos, moluscos y otros invertebrados acuáticos- del mundo. En los últimos según datos de Anfaco-Cecopesca, más del 60% de la producción de conservas de pescado y marisco se destinó a la exportación, estando presentes en más de 140 países de los cinco continentes, aunque los cinco primeros destinos fueron todos europeos (Francia, Italia, Portugal, Países Bajos y Alemania). Curiosamente, en la era Trump no sé yo cómo le irá en el futuro en aquel mercado, aunque espero que tengan claro que unas famosas sardinas no son para gatos.

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