Juan Pina
Solo queda Europa
Un perro en cuclillas, marrón a la vista. El adolescente que tiraba de la correa disimuló mientras el can evacuaba justo en el centro de la acera. Permaneció en posición de espera mirando el móvil hasta que pasaron los que caminaban por la avenida que termina en la Torre de Hércules. A unos metros otros perros corrían, se olfateaban el trasero y hacían sus necesidades en un área canina dispuesta en el talud de tierra sin dejar trampas por la calle.
Cuando se quedó a solas con el pastel, y tras comprobar que no había poli de balcón de turno, el adolescente arrancó con la mascota por el aire, pero una voz lo reprendió. “Chaval, se te ha caído algo”, soltó con retranca un tipo atento al escaqueo medio oculto entre una furgoneta y un coche. El chaval buscó por las ventanas hasta que se topó en la acera de enfrente con un cincuentón que también tiraba de un perro. “Se te olvida algo”, le repitió señalando los zurullos. “Me he dejado la bolsa en casa”. La señal de hombros recuperando el paso indicaba más jeta que remordimiento. “Y nos sorprende de que la peña se queje, tranqui que después se lo digo a tu viejo”, gritó desde el área canina alguien que debía ser colega de su padre. Al adolescente se le puso cara de niño obediente.
El adolescente se fue con el flequillo gacho
El vecino que lo descubrió le ofreció una bolsa, el chaval cruzó la calle y no le quedó otra que recoger los excrementos. “No te andes con coñas que hay una campaña de vigilancia y puedes poner en un problema a tus padres”. La multa puede ir desde los 500 a los 30.000 euros, en el caso de reincidencia del infractor. En A Coruña hay 32.000 perros y la minoría de dueños que pasa de recoger sus deposiciones, además de la mayoría que no utiliza la botella de agua para diluir las micciones, justifican la campaña “Pode saír caro” activada desde el lunes por el Concello. La concelleira de Medio Ambiente, Yoya Neira, calcula en 360.000 euros el esfuerzo en limpieza de las calle.
El adolescente se fue con el flequillo gacho. “Este no lo vuelve a repetir”, se gritaron los dos vecinos que le llamaron la atención cuando dobló la esquina. La campaña pretende corregir los malos comportamientos de los dueños con información, reparto de botellas para agua, vigilancia y multas. El mordisco entre dueños de perros resulta infalible.
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