España cede ante Inglaterra en la colonia de Gibraltar

Publicado: 13 jun 2025 - 03:05

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Han tardado cuatro años desde que el 29 de noviembre de 2021 se anunció que la Comisión Europea preparaba un borrador de Tratado sobre Gibraltar, entre la UE y el Reino Unido, para encajar su colonia tras el Brexit. Todo es simbólico. Desaparece la verja, y debe recordarse que la primera la colocaron los ingleses en 1909, apropiándose del espacio donde se instaló en aeropuerto, del llamado territorio neutral y donde estaban los fuertes de las defensas de España que destruyeron cuando vinieron a “ayudarnos” frente a Napoleón. Ahora España se rinde para siempre. Y ya veremos como dijo Picardo que nunca ocurriría, que veríamos a guardias civiles comprobando las entradas en el puerto y aeropuerto de Gibraltar, con destino España, o sea, en territorio de la Unión. La colonia va a estar mejor que estaban antes del Brexit.

Albares dice que España cumplirá sus compromisos y que la verja será derribada del lado español. Como se recordará el Reino Unido y Picardo consideraban un ataque a su soberanía que España vigilara la frontera de Gibraltar, ya que “la propuesta de Bruselas socavaba la soberanía de Reino Unido sobre Gibraltar y no podía ser la base para negociar”. Ahora, el Brexit es una bendición para que la colonia mejores su estatus como paraíso fiscal, los llanitos adquieran propiedades (y se ahorren el pago de impuestos mediante las cesiones de España en cuanto a los días que teóricamente viven del otro lado de la verja). El peñón va a consolidar su sistema fiscal peculiar, con meros retoques aparente, con respecto a España, que la han convertido en el tercer enclave con mayor PIB per cápita del mundo tras Luxemburgo y Qatar. Resulta insólito que Gibraltar vaya a disfrutar de una situación todavía más ventajosa que cuando su metrópoli colonial estaba dentro de la UE y del Tratado de Schengen. Es evidente que se ha perdido la histórica oportunidad que la salida del Reino Unido de la Unión brindaba para avanzar en la postura española que todos los gobiernos de España mantuvieron históricamente hasta Zapatero y Sánchez. Y de la reclamación de la soberanía, ni palabra.

Resulta insólito que Gibraltar vaya a disfrutar de una situación todavía más ventajosa que cuando su metrópoli colonial estaba dentro de la UE y del Tratado de Schengen.

En la colonia, hay 32.000 gibraltareños registrados. La población activa es de 29.995 habitantes, la mitad de los cuales cruza la frontera diariamente. 9.726 de los 15.275 viajeros diarios son españoles. Este dato es relevante, ya que sólo el 60 por ciento de los que entran a trabajar a Gibraltar desde la Línea son españoles. O sea, que no son 15.000 nacionales, como se dice para justificar las cesiones de España para su interés. En Gibraltar, como se ha escrito, hay más sociedades que habitantes y monos, y en la Roca entra tal cantidad de tabaco como si cada vecino estuviera fumando a lo largo de las 24 horas del día una cajetilla tras otra.

El fraude fiscal, derivado de su especial régimen, que perjudicaba a la Hacienda española y el contrabando financian tradicionalmente un modo de vida que hace de la colonia el tercer lugar del mundo con mayor renta. En este sentido, hay un aspecto especialmente llamativo, el hecho de que los gibraltareños con casa en España, donde residen buena parte del año, eludan, mediante diversas triquiñuelas -como el que sus viviendas son propiedad no personal, sino de sociedades que residen en la colonia- el pago de impuestos diversos, entre otros, el de circulación de vehículos, tanto en La Línea como en otros lugares del Campo de Algeciras y otros lugares de las provincias de Cádiz y Málaga principalmente. La expansión de facto de la colonia sobre España mediante adquisiciones de bienes raíces en el entorno de Gibraltar preocupó tanto a la II República que el Gobierno prohibió que los extranjeros pudieran adquirir fincas en dicha zona, medida especialmente orientada hacia los llanitos. Los habitantes de la colonia, adecuadamente asesorados, saben perfectamente manejar las lagunas fiscales que los benefician. Es considerado un residente fiscal quien viva en España más de 183 días por año y como los días no tienen que ser consecutivos para que cuenten como efectivos, los llanitos lo tienen fácil. Otro requisito sería tener intereses económicos en el país, lo que significa que realizar una actividad profesional en España, ya sea trabajando para una empresa o que trabajando por cuenta propia. Los ejecutivos de las empresas de juego online que viven y trabajan telemáticamente desde las urbanizaciones de lujo escapan por la falta de control.

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