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Solamente tardó cuatro días en aparecer. Lo ha hecho con fuerza, esa fortaleza mitad real mitad exagerada que otorgan las redes sociales. En este caso la internacional de 3x3 y medallista en París, Vega Gimeno, abría las hostilidades por el antiguo Twitter. Lamentaba que hubiese pasado el “enamoramiento” olímpico por parte del pueblo y que la sociedad deportiva se haya vuelto a entregar completamente al fútbol. Y se montó. Las dos posturas tradicionalmente enfrentadas, el “tuit” de la protagonista matizando que nunca falta, los insultos, los bloqueos… Todos tendrán su parte de razón, pero han sido muchos y muchas los que le han intentado plantar cara al deporte rey y han perdido. Y mira que los precios para seguir los partidos son caros y ponen de su parte para que la gente se lo piense. Pero, al final, ahí están.
Fueron más de dos semanas de waterpolo, balonmano, triple salto, boxeo y otras tantas disciplinas. Centraron los focos, recibieron su protagonismo más que merecido. Pero a estas alturas tienen que saber que después llega un tal Mbappé y se lo come todo. ¿Justo? No. Tampoco es la vida. Pero si alguien quiere cambiarlo ya puede ir rezando, por lo menos a medio plazo. Suelen culpar también a los medios por promocionar más a unos y olvidar más a otros. Salvo los públicos, los medios son empresas privadas. Ellos sabrán. Es el eterno debate.
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