El fascismo y la ley

Octubre de 1922, el partido fascista italiano organiza una multitudinaria manifestación conocida como "Marcha sobre Roma"; su intención es forzar la dimisión del gobierno constitucional e imponer el de Mussolini. El rey Víctor Manuel III, acobardado, nombra a Mussolini jefe del Gobierno. El fascismo se había apoderado de las instituciones y tres años más tarde prohibió los partidos políticos, los sindicatos y la libertad de prensa, nacía el Estado totalitario controlado por un líder fuerte e indiscutible.

27 de enero de 2017, Donald Trump firma un decreto prohibiendo la entrada en EEUU de todos los ciudadanos procedentes de siete países de religión islámica, contraviniendo la Declaración Universal de Derechos Humanos y vulnerando numerosos leyes y tratados internacionales. 31 de enero 2017, Donald Trump cesa a la fiscal general de EEUU, Sally Yates, por oponerse al decreto sobre emigración. 3 de febrero de 2017, el juez de distrito James L. Robart ordena la suspensión del decreto del presidente sobre viajes e inmigración. 5 de febrero 2017, una corte de apelaciones de San Francisco rechaza la solicitud presentada por el departamento de Justicia para restablecer el decreto.

6 de febrero de 2017, se inicia el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña el proceso que juzga a Artur Mas, Joana Ortega e Irene Rigau, acusados de organizar la consulta del 9-N. Paralelamente los acusados son arropados por una multitud de ciudadanos catalanes, en un intento de presionar al tribunal. Mas adopta el comportamiento de adalid que se sacrifica por su pueblo.

En cualquier país, estado o nación que se precie de vivir en democracia, se deben cumplir, entre otras, las siguientes condiciones: Primera, separación de poderes, con respeto absoluto a la independencia de la Justicia y a sus decisiones, aunque estas puedan ser contrarias al interés de determinados colectivos. Segunda, libertad de prensa e información, solamente sometida al imperio de la ley. Tercera, el poder reside en la soberanía popular y los partidos políticos y sus líderes no podrán usurpar ni manipular el mandato de los ciudadanos. Cuarta, el cumplimiento estricto de los principios emanados de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Cuando se manipulan las masas utilizando los sentimientos, las emociones y el chauvinismo, se está vulnerando la esencia de la libertad y se abre el camino a la xenofobia, la intolerancia y la violencia. La irrupción de líderes carismáticos de verbo fácil, que utilizan el miedo, los sentimientos, el odio y/o la violencia, es un síntoma que presentan las sociedades que han perdido las referencias éticas y su escala de valores se encuentra gravemente alterada.

Donald Trump es un torpe imitador de Benito Mussolini, trata de gobernar utilizando procedimientos antidemocráticos, imponiendo su caudillismo por encima de la ley. Mientras que Artur Mas es el ejemplo de un mediocre gestor que se cree investido por los designios de la historia para liberar a Cataluña del dominio español, aprovechándose de la torpeza interesada del indolente Mariano Rajoy, aunque para ello haya que incumplir la ley.

El fascismo, como la Hidra de Lerna, se reproduce de mil maneras. Solo existe un procedimiento para destruirlo: profundizar en la democracia y educar en valores.

Y, me permito aconsejar, desconfíe de los caudillos.