Antonio Casado
Cumbre de la desunión europea
COSAS QUE NO CONVIENEN
1 Pensar que estorban. Al volante de un coche se activa la peor parte de nuestro cerebro reptiliano. Esa ajena a la piedad y empatía, donde están la respuesta violenta y los impulsos de dominio. Muchos de los coches que adelantan lo hacen llenos de razón, creyéndose con más derechos que nadie. Hay que recordar que las carreteras se han construido para las bicicletas y que es un placer compartirlas.
2 Que son caras. Como todo fetiche en esta era de antojos, insatisfacción y charimalerismo, la industria de la bici, como industria que es, sólo quiere dinero y se encarga de volver tarumba al aficionado. Algo va mal aquí. Hay miles de bicis usadas baratísimas que sirven de sobra para rodar y sacar la sonrisa. Se trata de eso.
3 Que son de pobres. Tomarse un tiempo especial para respirar y centrar el pensamiento haciendo un ejercicio ligero es una inteligente costumbre propia de un millonario.
4 Olvidar la utopía. Cuando te mueves en bicicleta recuerdas que se puede hackear esta civilización unidimensional, carbonista y abusona. Es inevitable pensar que si todos fuésemos en bici seríamos una sociedad mejor, más sonriente, con el culo más duro y el corazón más blando.
5 Negar la separación. La bicicleta te permite ver las cosas tal y como son, como decían los místicos. No hay un parabrisas-televisor que enmarque la realidad, ni aire climatizado que separe del exterior. Con ella, el mundo y tú sois uno, física y espiritualmente.
6 Invocar al silencio. El tráfico a motor es una de las grandes tragedias civilizatorias. En bicicleta puedes escapar por caminos secundarios y recordar que hay un sonido amable por debajo del ruido insoportable de la modernidad.
7 Olvidar el aire limpio. En carretera abierta, cuando los pulmones trabajan, se nota dramáticamente el pedorreo de los motores a combustión (y se siente el pedorreo vicario de los motores eléctricos, que ya han quemado el carbón en otra parte).
8 Recordar lo humano. Autotransportarse a una velocidad orgánica y respetuosa con la vida te reencuentra contigo mismo y te da poder. En bicicleta eres parte del paisaje y no una molestia. Puedes oler el café de una cafetería y parar a tomarte uno si te apetece.
9 Que son lentas. Atravesar un atasco cuando en la ciudad y dejar atrás el sinsentido oligofrénico de vehículos enormes y desocupados te llena de razón. La bici es el transporte más rápido en un entorno urbano. Lo saben hasta los esclavitos del delivery.
10 Que sólo transforman el cuerpo. La bicicleta es la máquina de los buenos pensamientos, la meditación cotidiana que te hace sentir alegre de estar vivo en este planeta vivo, aunque sea encarnados en una especie inferior como la humana.
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