¿Habrá guerra?

Y tú me lo preguntas? Voy a intentar contestarte a ti y a todos los que se atreven a leer estas palabras.

Luego no me digas que no te aviso. “Guarte, guarte, rey don Sancho/no digas/ que no te aviso/ que de dentro de Zamora/un alevoso ha salido”.

Las guerras surgen de traiciones y con el paso del tiempo el alevoso no se distingue del leal.

En la actual Europa es difícil diferenciar a sus dirigentes. Los hay de un lado y de otro. Entran y salen como si fuese la puerta falsa de Zamora, que ahora es Europa. No se fíen.

Europa mantiene la manguera abierta de la que fluye gasolina que alimenta los frentes de guerra. Estuvo bien adaptar una posición firme tanto en lo político como en lo militar ante la invasión de Ucrania. El todopoderoso Putin ¿qué se había creído? Era necesario pararle los pies, poner un límite a su osadía. Pero también había que hacer algo más allá del discurso de los cañones. Europa no lo ha hecho. Solo alimentó la guerra con retóricas falsas que después de tres años han llenado los cementerios y roto la vida de los que empiezan a preguntarse por la llegada de la paz. No hay guerra que sea capaz de aguantarlo todo. Por el frente de batalla debería abrirse una rendija a la negociación, pero hemos olvidado la diplomacia dando paso a una guerra interminable. Pienso que por tres razones.

Nadie sabe si la paz llegará al fin, pero lo que es urgente es que Europa se ponga a ello a la vez que se arme. A día de hoy y de mañana sin la OTAN no somos nadie

La primera tuvo nombre y apellido: Joe Biden. La segunda también: Von der Leyen. Y la tercera, la peor, Vladimir Putin.

Biden es historia, mala historia. Von der Leyen sigue a la cabeza de la descabezada Europa. Putin es un peligroso enigma.

A todo esto Europa no tiene ni tirachinas, solo algo de OTAN y además ya no está el pagador Biden. Sola y desarmada. Sin nadie que dé una solución presente y rápida. No la hay sin la fuerza de los Estados Unidos de América. La guerra ya no es una broma y hay que estar preparado. Para ello hay que pagar y no todos quieren hacerlo.

La situación en Europa es que hay miembros de su Unión que se desmarcan de la OTAN. España entre ellos. No quiere pagar lo que le corresponde. Por otro lado está la falta de armas de todo tipo y de una industria que las suministre. Un largo proceso no menor de cinco años para empezar a hablar de Defensa o disuasión.

En definitiva dependemos de Trump. Si no les gusta lo siento; a mí también me gustaría tener un gran ejército y armas suficientes para tener una disuasión creíble.

Trump quiere la paz, ¿nosotros?

Desde que llegó a la presidencia ha buscado encuentros para la paz. Europa jamás lo intentó y dinamitó cualquier acuerdo: Estámbul, propuesta de China, los seis puntos de la conocida como propuesta China-Brasil...

Nadie sabe si la paz llegará al fin, pero lo que es urgente es que Europa se ponga a ello a la vez que se arme. A día de hoy y de mañana sin la OTAN no somos nadie. ¿Y de quién depende la OTAN?

Habrá que inventar algo nuevo.