Miguel Anxo Bastos
Extremadura: la clave está a la izquierda
HISTORIAS DE UN SENTIMENTAL
Gracias a la tenacidad de diversos investigadores, se viene descubriendo la infraestructura de apoyo con que la organización terrorista ETA contaba para sus actos en otros territorios del país, hasta ahora desconocidos y que se usaron para diversos secuestros a lo largo de su criminal trayectoria. Y esto nos lleva a un asunto que parece haber caído en el olvido: la infraestructura de apoyo con que ETA contaba en Galicia, y centrada en Vigo, en el barrio de Bouzas, donde uno de sus presuntos colaboradores era un conocido personaje del movimiento ciudadano, y donde disponía de una base de operaciones en la que esperaba retener secuestrado al empresario ourensano Eulogio Gómez Franqueira, pero la determinación de éste lo frustró. En ese sentido, las revelaciones de antiguos miembros de las corrientes más radicales del independentismo gallego, partidarios se crear un frente armado, dieron a conocer que entre sus propios objetivos -y no se sabe si con ETA o no- se encontraba el secuestro de la condesa de Fenosa para pedir un rescate y otros personajes relevantes de Galicia, lo que revela que contaba con simpatizantes en toda Galicia.
La primera de ellas, en 1996, era un proyecto muy avanzado y tenía el objetivo claro de atentar contra Manuel Fraga
ETA ya se había apuntado en su día un espectacular robo de documentos nacionales de identidad de un almacén de la policía en Lugo. En Vigo contaba además con un piso franco y un bajo, en Bouzas, donde almacenaba material explosivo, descubierto tras la pista de los frustrados secuestradores de Franqueira, donde pensaban convertirlo en zulo-prisión. El intento de secuestro tuvo lugar el 11 de junio de 1980, en su domicilio de Razamonde (Cenlle), en Ourense. El comando de ETA irrumpía en su vivienda para secuestrarlo, trasladarlo a Vigo y pedir un rescate por su vida. Eran las diez y cuarto de la noche. Los etarras llamaron a la puerta de la casa y pidieron que se les permitiera usar el teléfono para llamar a una grúa, porque se les había averiado su coche. La esposa de Franqueira, de buena fe, accedió a lo que se le pedía y se encontró con tres hombres armados. En casa del entonces diputado de UCD había varios familiares. Franqueira traquilizó a todos con aplomo y pidió permiso para cambiarse de ropa. Sin perder la calma, dentro de la habitación, cogió un revólver que tenía en un armario y realizó tres disparos, uno de los cuales alcanzó a uno de los terroristas, en cara y cuello, Antxón Alcocer Gabaldón, “Zapatones”, con el que huyeron y se refugiaron en Vigo, donde éste sería detenido solo en un piso de la avenida de Samil. Este terrorista fue condenado a 16 años y seis meses de prisión, pero abandonó en 1985 la prisión de Nanclares de la Oca (Álava) tras ser indultado por el Consejo de Ministros, acogido en 1984 a las medidas de reinserción del Defensor del Pueblo. Una burla más que benefició a los etarras.
Aquel intento de secuestro confirmó que ETA contaba con colaboradores y asentamiento en Galicia con el resultado 68 gallegos muertos en 43 años de violencia terrorista. Hay que sumar los hijos de emigrantes gallegos asesinados, siendo el más tristemente famoso Miguel Ángel Blanco, nacido en Ermua de un matrimonio de ourensanos. Y el secuestro, tortura, asesinato y desaparición hasta la fecha de tres jóvenes gallegos que habían ido a ver una película en Francia, prohibida en España, que creyeron eran guardias civiles. Aparte de ello, ETA también realizó aquí atentados en A Coruña, Santiago, Sanxenxo y Baiona. El primero tuvo lugar el domingo 9 de agosto 1987 y su objetivo era el Centro Comercial Cuatro Caminos. En el verano de 1996, ETA volvería a atentar en Galicia, cometidos por un comando itinerante.
ETA llegó a intentar hasta en dos ocasiones establecer un comando Galicia en la comunidad. La primera de ellas, en 1996, era un proyecto muy avanzado y tenía el objetivo claro de atentar contra Manuel Fraga. Ese intento de Comando Galicia se desarticuló en 1996 y encontraron también abundante documentación sobre 215 personas relevantes, entre ellas también Francisco Vázquez, alcalde de A Coruña; Augusto César Lendoiro, presidente de la Diputación de A Coruña y del Deportivo, y los entonces ministros Mariano Rajoy y José Manuel Romay Beccaría. También los etarras habían alquilado a principios de julio un piso en el número 7 de la rúa da Seca de Pontevedra, en aquel momento calle Bernardino Fondevila. El segundo Comando Galicia fue desmantelado en marzo de 2001 con operaciones policiales en A Coruña, Santiago y San Sebastián. Conviene no olvidar, ahora que Bildu es consocio del Gobierno de progreso de Sánchez, que este partido llevó hasta 44 miembros de la banda, siete de ellos condenados por delitos de sangre, figurando en sus listas electorales.
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