Tras los años transcurridos, vemos con mayor claridad el terremoto de Japón del 11 de marzo de 2011 de magnitud 8,9 - 9 en la escala de Richter, de 6 minutos, con epicentro en el fondo del mar a 160 kilómetros de Fukushima, el quinto más fuerte de todos los conocidos. La energía liberada por el terremoto fue prácticamente el doble que la del Indico de 26-12-2004, desplazando la isla cuatro metros hacia EEUU. La Tierra se inclinó 16,7 cm, el doble que con el de Chile del año anterior, acelerando el movimiento de rotación, acortando el día 1,8 millonésimas de segundo. El tsunami posterior, según un informe de la Universidad de Tokio de diciembre de 2011, elevó el mar 21,1 metros con olas de hasta 40,5 metros (36 en la central nuclear de Fukushima), y una velocidad de 600 km/h, dejando su "marca" en todo el Pacífico y la Antártida, donde rompió varias lenguas de glaciares.
En un artículo de marzo de 2016, la BBC, examinando lo realmente sucedido, y no lo que se transmitió por lobbies interesados, dice que ya se puede pasar al ser nula o escasa la radiación. Ciertamente no ayudaron nada las acciones o no acciones tomadas por el primer ministro japonés (dimitió) y por el GEO de Tepco, propietaria de la central; no se puedo hacer peor, y eso hizo que nos olvidaremos de lo realmente sucedido. Se confirmaron 15.845 muertes (92,5% ahogadas), 3.380 desaparecidas y 5.893 heridas. La cifra total de personas afectadas directamente por la central nuclear de Fukushima fue de 23 personas heridas en los trabajos de la extinción y más de 20 afectadas por la contaminación radiactiva. Los que sobrevivieron al terremoto y tsunami pasaron hambre y frío, pero los medios se concentraron en la Central Nuclear y en la radiación de la zona donde al día de hoy no ha muerto nadie.
Hay noticias sobre cáncer de tiroides en niños, pero aún no se han demostrado que existan. La radioactividad del cuerpo humano es de 50 Bq (becquereles), y en Ourense es normal que en los edificios haya 35 Bq. En la zona de Fukushima (37 kBq) un 1% de radioactividad comparado con la fábrica de armas atómicas de Chernobyl, por lo que la noticia de niños bebiendo agua radioactiva en Tokio no deja de ser otra “distracción” más de los lobbies (lo que importa son los mili- Sievert que es lo que se absorbe, no los Bq).
