Fernando Ramos
HISTORIAS DE UN SENTIMENTAL
Llevar a Vigo el Festival del Miño, tratado seriamente en su momento
HISTORIAS DE UN SENTIMENTAL
Alguna vez he aludido aquí a la revelación que hizo en su día Manolo Rego, lo que aparece en sus memorias, de que en Vigo se interesaron el recuperar y llevar al auditorio del parque de Castrelos el Festival de la Canción del Miño, que Ourense dejó de convocar en 1974. Al conocer las dificultades para alargar la vida de nuestro festival, algún alcalde vigués consideró esa posibilidad e incluso de resucitarlo. Estos días he vuelto a hablar sobre el tema con la familia de un empleado municipal, con responsabilidades en la gestión del auditorio vigués, que recuerda que llegaron a estar muy ilusionados con esa posibilidad. En Vigo, en tiempos del alcalde Portanet siempre se pensó en organizar algo parecido aquí, y si Ourense renunciaba a su festival, por su larga trayectoria podría traerse aquí. Mi carrera profesional en la radio en Ourense, en 1968, está tan vinculada a este festival que todos los años, cuando es el tiempo en que se celebraba, me acomete la nostalgia. En una conferencia dentro del ciclo Foro La Región puse una grabación de una de sus últimas ediciones, que yo retransmitía a toda España y que se conserva en el Arquivo Sonoro de Galicia.
Los periodistas que íbamos de Ourense tenemos muy buenos recuerdos de aquella fase
El Festival de la Canción del Miño, luego Festival Hispano-Portugués de la Canción del Miño y por fin Festival de la Canción del Miño-Canción del Mundo Celta (con participación, además de españoles y portugueses, de autores e intérpretes de Irlanda, Gales y Bretaña francesa), que de los tres modos se denominó, tiene una historia que rivalizan con otros de su tiempo, como los citados de Benidorm, el Mediterráneo (este en Barcelona) y Mallorca. Al Festival nunca faltaba Lalo Vázquez Gil, que sería luego cronista oficial de la ciudad de Vigo, que llegó a ganarlo con una obra en gallego, “A canción da queimada”, Entre las estrellas que salieron de aquel festival hubo un grupo de rapaces de Cangas, llamados “Nuevas amistades” que tuvieron una corta, pero brillante carrera.
Del festival del Miño puedo contar yo un montón de anécdotas, episodios y personajes diversos, como aquel alto cargo de Televisión Española, quien controlaba el mundo de los festivales y demostraba su confianza con algunas artistas y coristas de sexo femenino, cosa que no se cohibía en demostrar, incluso en las recepciones a los artistas que el alcalde David Ferrer convocaba en el salón de plenos del Ayuntamiento, dentro del programa de actos y agasajos. En ese sentido, recuerdo la confianza que tenía con alguna de las tres componentes del famoso trío, que era el que acompañara a Massiel cuando en 1968 ganara el Festival de Eurovisión con el famoso “La La La…”. Eran tres chicas muy modernas, especialmente una morena, la menos agraciada de cara, pero la más simpática y desenvuelta. No era guapa, pero muy, digamos, lanzada, sobre todo para le época, a la que no molestaban las confianzas del sujeto aquel de la televisión.
De todos los personajes que pasaron por el festival, sobre todo en su época en el Posío, recuerdo la estúpida conducta de aquel cantante llamado “Mochi”, quien demostró creerse algo muy importante, en un momento en que hubo un fallo en las luces, con el festival ya concluido, y que desde el escenario protestó por lo que fuera un despiste de los iluminadores. Por cierto, que decía Rego que los gorriones del Posío eran los que mejor trinaban de Occidente y que por eso acompañaban al festival, aquellos primeros años que se celebró allí hasta que fue trasladado al pabellón de los Remedios.
Ya he aludido alguna vez que, en aquel pabellón, en las calurosas noches de junio, la parte de la piscina del mismo era muy visitada, pese a que estaba a oscuras. En aquellos días, las artistas debutantes venían acompañadas de sus madres, y dio fe que hubo una muy conocida que tenía una progenitora espectacular. La madre era guapísima y la hija del montón. También recuerdo a una cantante francesa también asequible y concurrida. No hace mucho he visitado otro espacio del festival, en su fase previa galaico-portuguesa, el Teatro Jordao de Guimaraes, donde se seleccionaba la canción portuguesa. Los periodistas que íbamos de Ourense tenemos muy buenos recuerdos de aquella fase. Otro día cuento más. Son muchos recuerdos teñidos de nostalgia de tiempos felices y lejanos de hace medio siglo.
Contenido patrocinado
También te puede interesar
Fernando Ramos
HISTORIAS DE UN SENTIMENTAL
Llevar a Vigo el Festival del Miño, tratado seriamente en su momento
Pilar Cernuda
CRÓNICA PERSONAL
¿Todos los socialistas son sanchistas?
Julián Pardinas Sanz
Del discurso a la realidad
Eduardo Medrano
TAL DÍA COMO HOY
Marguerite Durand
Lo último
PLANES EN OURENSE
Agenda | ¿Qué hacer en Ourense hoy, martes 9 de diciembre?
ESQUELAS DE OURENSE
Las esquelas de este martes, 9 de diciembre, en Ourense