La maldición de Alhucemas

El ángulo inverso

Publicado: 05 oct 2025 - 05:40

La maldición de Alhucemas
La maldición de Alhucemas

Hoy está la tertulia muy animada. Cuenta el pintor que también hizo los deberes. Es decir, todos nosotros teníamos que hacer algo solidario en este verano en llamas. Va y cuenta: “estuve un tiempo en tierra de mi mujer, allá en Badajoz. Me lo pensé bastante pero decidí hacerlo. No se lo conté a nadie, solo a mi mujer, que me acompañó en la “hazaña”. La cuestión era pintar murales en calles céntricas. Por supuesto, murales pro-Palestina. Mi mujer traía una pequeña escalera y miraba aquí y allá porque si nos cazan los maderos nocturnos, seguro que nos llevan detenidos. Los primeros fueron una alusión a Gaza. Me esforcé para que quedaran provocativos”.

Se pone un poco nervioso nuestro amigo rifeño. Interviene entonces el profesor, aplacándolo: “bueno, bueno, no se trata de quien fue más malo”

Se detiene el pintor, da un trago a su vodka, saca su móvil y nos enseña sus contestatarias obras callejeras. Nos sorprende porque son obras dignas de ver, especialmente una en que se acerca al Grito de Munch.

En una mesa cercana están unos jóvenes de aspecto marroquí. No cesan de mirarnos. Por fin se acerca uno y con cortesía dice: “perdonen que me atreva, pero sé que ustedes escriben en los periódicos. Mis compañeros le dicen: “el que escribe en el periódico es este”, señalándome.

“Mire usted, nunca escribió de mi tierra y mi país, Marruecos, donde este mes millones de jóvenes, sobre todo de la generación Z, protestan por las calles. Ya saben que allí se va a celebrar el Mundial de fútbol en 2030. Las pancartas aúllan: “Queremos hospitales, no Mundial”. Se van a invertir 4.000 millones de euros en la edificación de estadios y sucede que el paro es enorme, la calidad de la educación es bajísima, lo mismo que la cuestión médica. El país está en una situación límite”.

Le invitamos a beber algo con nosotros. Pide un té. “Pero lo que quiero contarles es que yo soy rifeño. El rifeño es bereber, valiente y muy duro, Infligieron muchas derrotas a los españoles y después, con las tropas de Franco, lucharon en la guerra de España. Seguro que ustedes recuerdan el desastre de Annual, allá en 1921. Allí quedaron 10.000 soldados españoles en una emboscada. Después lo pagamos caro los rifeños, tras el desembarco de Alhucemas, cuando ustedes volvieron a ocupar nuestras tierras. Se oculta mucho el lado oscuro de lo que ocurrió después. Mire, aún hoy en las qabïlah rifeñas crece el número de cancerosos porque sus aviones no cesaron de envenenarnos con el cruel gas mostaza, el fosgeno y otras armas químicas. A pesar de muchos informes, sus gobiernos no se han preocupado de este desastre”.

Está lanzado nuestro amigo marroquí. Yo conozco esa parte de la historia. Le digo: “bueno, ustedes los rifeños también fueron muy crueles. Por ejemplo, en Monte Arruit, donde prometieron respetar la vida de un gran número de españoles. Al salir, los degollaron sin piedad. Habla usted de Annual, una de las páginas más tristes de la historia militar española. Hay documentos. Casi tres meses después, cuando nuestros soldados llegaron a Annual, el espectáculo era tan cruel que muchos no se atrevieron a mirar. Allí estaban 10.000 crucificados, degollados, los testículos en la boca…”

Se pone un poco nervioso nuestro amigo rifeño. Interviene entonces el profesor, aplacándolo: “bueno, bueno, no se trata de quien fue más malo”. (Hay un silencio) Por fin, nuestro amigo nos dice: “Créanme, mi aldea, cercana a Alhucemas supera con mucho la media de personas con “el mal” de todo el país. Quedaron demasiadas secuelas”.

Se levanta Abdellah.

(Antes de irse, nos da la mano a cada uno con ceremonia. Con voz herida, se despide: “Por favor, escriban y cuéntenle a la gente lo que está pasando en nuestro país. Esta semana han muerto cinco manifestantes en las calles”. Guarda un silencio y añade: “Y de los gases tóxicos que parecen maldecir nuestra tierra”.)

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