Marguerite Durand

Actriz, periodista y sufragista francesa, fue fundadora del primer periódico feminista de la historia.

Durand nació en 1864 en el seno de una familia de clase media y recibió una educación religiosa tradicional como correspondía a una joven burguesa de la época.

De joven estudió en el Conservatorio de París y más tarde se unió a la Comédie-Francaise para estudiar teatro.

Fundamentalmente defendía los derechos de la mujer y asumía las reivindicaciones específicamente feministas

Su carrera en las tablas duró diez años con bastante éxito hasta que en 1888 dejó todo para casarse con un joven abogado, quien la animó a meterse en el mundo de la política radical y de la defensa de los derechos de las mujeres.

Tras separarse de su marido comenzó a trabajar como escritora en Le Figaro, el periódico más conocido de entonces. Tras cubrir un congreso feminista, decidió fundar su propio periódico y lo llamó La Fronde. Era el 9 de diciembre de 1897.

El periódico de Durand, dirigido, administrado, editado, escrito y elaborado por mujeres en su totalidad, era un periódico de información y cultural de edición diaria que abarcaba dos grandes temas: política y literatura.

Fundamentalmente defendía los derechos de la mujer y asumía las reivindicaciones específicamente feministas. Sus principales temas de acción eran la educación y el trabajo de las mujeres.

Durante varios años el periódico fue beligerante y muy combativo con temas reivindicativos como la igualdad de los derechos civiles, luchó en contra de la inferioridad de la mujer casada, declarada en el Código Civil, o la abolición de la reglamentación de la prostitución.

Por desgracia, el diario atravesó problemas financieros y en 1905 desapareció definitivamente coincidiendo con la muerte de su principal agente financiero y valedor, Alphonse James de Rothschild.

Propina | Las sin sombrero

Un día, en el Madrid de los años 20, Margarita Manso, Maruja Mallo, en compañía de Federico García Lorca y Salvador Dalí, pasearon por la Puerta del Sol quitándose el sombrero en público.

Esta actitud transgresora pretendía romper la norma y, metafóricamente, en ausencia de la pieza que tapa la cabeza, liberar las ideas y las inquietudes.

En plena dictadura de Miguel Primo de Rivera, este gesto, quitarse el sombrero, los convirtió en rebeldes, especialmente a las mujeres. Prescindir del sombrero implicaba no conformarse con el papel que tenía la mujer en ese momento.

Esas pioneras fueron: