Memorias reales

Publicado: 07 nov 2025 - 00:15

Opinión en La Región
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Antes de leerlas ya se ha lanzado la opinión, la de unos cuantos que se arrogan la soberanía informativa y dicen lo que hay escrito y lo que no, lo que les gustaría que dijese para mayor escarnio. Son interpretadores de lo que nadie ha escrito.

A ustedes, mis queridos lectores, les rogaría paciencia y esperen a una detallada lectura.

Estas no son solo las memorias de un rey, puede que se definan mejor como las de España. Porque todos tienen mucho que contar y otros que ocultar. Pocos valientes van a hablarmos de su participación.

Cuando al republicano historiador español exiliado en Buenos Aires le dijeron que venía el rey se volvió y dijo.

-No es el rey quien viene, ¡es España!

Hay muchos que deberían hacer memoria.

Podría ser que los que colaboran con la España cainita, los que están donde no les llaman, sepan que no hay mejor escondite que señalar en otra dirección y pretendan que opinemos lo que solo ellos nos transmitan y no lo que dice el libro.

Desgraciadamente va a ser así. Pocos van a leer y meditar sobre el libro y lo que le rodea, pero todos hablarán de él contando lo que dice y sobre todo lo que no dice. En cada español habrá un biográfo del rey Juan Carlos y serán muchas las versiones, tantas que al final nadie sabrá nada. Es lo bueno y malo que tiene un libro. Cuentas lo que quieres y las interpretaciones dan para toda una biblioteca. Lo decía Borges de la Ilíada y estas memorias lo van a ser. Aunque por otro lado puede que alguno quiera que el mal trago pase rápido y a otra cosa no vaya a ser que las memorias le pillen entre las páginas como al pétalo de una rosa.

La valentía es la respuesta a la verdad que, guste o no, es la de una España a la que ya no conoce ni la madre que la parió

Por razones de destinos, familiares y de edad he vivido muchos de los grandes acontecimientos de la reciente historia de España y lo he hecho desde lugares privilegiados, muy cerca de ellos.

Hay algo que los resume. Muchos deberían escribir sus memorias y pocos tiene el valor de hacerlo porque los hechos -los documentos- no refrendarían sus palabras. Quedarían también pillados, aplastados como una mariposa en sus páginas. La lista es larga.

Nadie escribe una autobiografía para inculparse y el que la escribe sabe que o dice la verdad, guste o no guste, o saldrán otros biógrafos desmintiéndole. Pero la verdad solo tiene un nombre: valentía. Hay que serlo mucho para darse a la literatura biográfica y hacerlo sin ocultar ningún hecho controvertido y más en una nación como España donde escribirse es ponerte a puerta gayola a esperar los pitones de un miura deslumbrado por el sol de las seis de la tarde de un mes de agosto.

La valentía es la respuesta a la verdad que, guste o no, es la de una España a la que ya no conoce ni la madre que la parió y en la que ahora un pretendiente llamado Zapatero, junto a su heredero Sánchez, pretenden instaurarse y revivir la España preconstitucional, la que se quedó huérfana el año 1931.

La memoria de España ha sido cercenada y sometida a tratamiento en aquelarres nada democráticos; por tanto cuando en el uso de su libertad y razón un rey, que sabe todo de todos, escribe una autobiofrafía lo está haciendo de una historia que va más allá de él mismo.

Es de agradecer por su valentía y ser un servicio más a España.

Seguro que no será el último.

¡Gracias Majestad!

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