Afonso Vázquez-Monxardín
Saudade do PSdG
El Papa Francisco ha resultado un personaje difícil de etiquetar, cuyas actuaciones han ido perdiendo presencia y brillo. Elegido por sorpresa en una votación en la que ninguno de los expertos en política vaticana lo tenía en cuenta, el jesuita argentino, doctorado en Química e hincha pasional de Atlético San Lorenzo, parecía ofrecer a la Iglesia una vía de acomodación a las nuevas tendencias que proponía caminos de estabilidad y esperanza. Sin embargo, los resultados no han sido tan satisfactorios como se presuponía en un principio, sobre todo porque la respuesta del pontífice a los continuos casos de pederastia en la Iglesia no ha sido todo lo enérgica que necesitaba ser y la más alta dignidad eclesiástica se ha mostrado tibia, renuente e incluso complaciente con los desmanes que durante años han cometido algunos de sus ministros. Francisco, que renunció a toda la pompa y la circunstancia que caracterizaba la púrpura vaticana antes de su ascenso a la silla de Pedro, no ha conseguido meter mano a ese mundo de privilegio que caracteriza a la nobleza cardenalicia. Por desgracia, su modestia personal es tan solo un ejercicio que se ha aplicado a sí mismo, pero que sus dignatarios no han compartido. Con todo y con ello, es esa lacra vergonzante e indigna de la pederastia desempeñada impunemente durante siglos la que más visible ha colocado su incompetencia para ponerle freno y amparar la acción de la justicia. Francisco ha huido de ese compromiso y su actitud timorata y servil es la que le ha contribuido en mayor medida a derribar su propio castillo.
Juan Carlos Lorenzo, el entrenador más representativo de San Lorenzo de Almagro en la época grande de la entidad de Boedo a la que hizo campeón varias veces antes de venirse a dirigir al Atlético de Madrid donde yo le conocí, se ponía de los nervios cuando se lo encontraba en el vestuario. “Che pibe –le decía a su segundo- echame al curita fuera que me los vuelve locos”. El padre Berdoglio se ponía de palique con los jugadores y aquello era un quilombo según el técnico.
O así sigue. No deja que le besen el anillo, pero no mete mano a los delincuentes abusadores que infectan su iglesia. Muchas palabras y pocos hechos. No tiene arreglo.
Contenido patrocinado
También te puede interesar
Afonso Vázquez-Monxardín
Saudade do PSdG
Isaac Pedrouzo
¡ES UN ANUNCIO!
Navidad sin ti
Chito Rivas
PINGAS DE ORBALLO
Sacrificio paternal
José María Eguileta Franco
DIARIOS DO PASADO
Unha grata sorpresa de David Gesteira e Miguel Robledo
Lo último
MEDIOS PÚBLICOS EN EL FOCO
Pombo niega que la TVG y la radio galega cedan audiencia
POLÍTICA NACIONAL
Lage Tuñas en el centro de la polémica
ECONOMÍA Y VIVIENDAS ESPAÑOLAS
El Banco de España mejorará su previsión para 2025 y 2026